El Callejón de las Once Esquinas
Fin de un hecho consecutivo Carlos Enrique
Saldívar
No existe ser que pueda ocupar mi lugar en este sector del cosmos... OJALÁ ESTO TERMINARA de una vez, mas no finalizará pronto, a menos que yo lo decida. En tanto continúe, mi cabeza retumbará en campanadas de infelicidad eviterna. Ha sido así desde el principio del tiempo, cuando Él tomó conciencia de lo que era y me dio el trabajo. Casi se podría decir que yo nací con Aquel, quien me llevó dentro de su esencia como una semilla inocente e implícita en su infinita grandiosidad, algo que le agradecí en aquel 164
momento y me reconfortó durante esa época dorada. Yo lo quería, empero, ahora lo repudio por someterme a tan cruel destino, el cual me tiene tenso, aturdido, agotado, trastornado. No sé cuánto tiempo ha transcurrido, a veces les pregunto a las almas en espera cuánto tiempo ha pasado desde que estoy aquí, en este limbo. ¡Tonto, estúpido de mí! No puedo gozar de los frutos de mi labor, ni siquiera aquí mismo: en mi habitación sin paredes, sin