Número 10
Gris, como el cemento
Isabel
Pedrero Me acerqué a la pared... VI DESAPARECER a aquel hombre en la sombra de cartel proyectada en la pared. Me quedé mirándola fijamente. Me costaba enfocar y, para ser sincera, no tenía muy claros los límites de la realidad en ese momento. Levanté la mirada hacia el cartel rojo y amarillo del restaurante chino. Su dragón parpadeaba de forma insistente y me pareció que movía una garra, señalando al lugar donde había desaparecido aquel hombre. Intenté levantarme del suelo. Lo conseguí a la tercera. Esa noche me había
pasado con el bourbon y había acabado en aquel callejón del barrio chino, vomitando hasta el desayuno del día anterior. Me senté en el suelo, apoyando la cabeza contra la pared, con la esperanza de que el frío de la helada nocturna me terminase de despejar antes de volver a casa. Entonces lo vi. Aquel hombre pasó por mi lado corriendo mientras miraba por encima de su hombro. Se detuvo un segundo frente a la pared, dio un paso hacia la sombra del cartel que se formaba entre parpadeos y desapareció sin más, como si se lo hubiera traga91