OTI
Cerca de las seis y media de la tarde, un rato después de la comida, La Sandinista comenzó a darse cabezazos contra la pared. Al principio, en el breve intervalo entre golpe y golpe, gritaba que se moría por ver a Tanya, pero a esta hora (siete de la noche y contando) de su boca no sale más que un débil murmullo en el que rara vez se entienden las palabras muerte y Tanya. Nadie en la celda ha intervenido, nadie en la celda sabe quién es esa Tanya de quien La Sandinista jura ser alma gemela, sólo que con su lado oscuro más pronunciado. Algo parece seguro: Tanya es cantante. Algo han dicho los guardias: esa noche pasan por televisión la OTI, un concurso donde presumiblemente cantará Tanya. Cuando una cabeza golpea una pared produce un ruido sordo, como si se originara en la mente del que escucha. De ahí que golpes continuos de una cabeza contra una pared terminan componiendo esa especie de zumbido que causan los estados febriles. Es apenas una sensación engañosa, pero el tío Seve quisiera estar delirando, quisiera que su cabeza fuera la que se golpea contra la pared. Furrumalla en cambio piensa y no sin razón que La Sandinista está haciendo el ridículo, ya que el concurso empieza sobre las nueve de la noche y al paso que va le explotará la cabeza mucho antes, así que ni siquiera podrá saber si su alma gemela ganó. Por su parte Mojamé se imagina que Tanya no es otra que Rebeca, la rubia del programa de aeróbicos, por lo que espera que la pared acabe pronto con la cabeza de
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