Dioses de Lambayeque
Los dioses defectuosos
Fig. 191
En las sociedades prehispánicas del área andina, diversas personas con “defectos físicos” podían adquirir un alto estatus por ser expresión de la voluntad de los dioses. Así, los ciegos, mancos, siameses, jorobados, entre otros, podían acceder a privilegios en sus respectivas comunidades. Por estas razones es que han trascendido en las imágenes artísticas en diversos materiales, incluyendo los metales preciosos. Tempranamente el historiador Jorge Zevallos Quiñónez habíase percatado de la existencia de diversos personajes que identificó en la cerámica lambayeque que tenían rasgos poco comunes. Entre ellos mencionó a un personaje de nariz torcida, que de modo reiterado aparece en el repertorio iconográfico (Fig. 192/193, tomadas de Zevallos, 1989). Será muy difícil comprender su rol en el pasado, pero pareciera ser que fue un personaje conocido en territorios muy distantes a la costa norte, como la sociedad Tiahuanaco, en la cual también aparece con el mismo rasgo (Fig. 194, tomada del Museo Larco 2010:136). Del mismo modo, son conocidas las representaciones de personajes ciegos en diversas culturas andinas, de cuya función sabemos poco. Sin embargo, información etnohistórica nos revela casos notables, como el de Fig. 192 hechiceros que se lastiman los ojos hasta quedar ciegos, para de este modo poder tener la facultad de “ver” de otro modo, con la ayuda de plantas sagradas cuya ingesta genera estados alucinógenos. El tema de personajes siameses adquirió sin duda un nivel de sacralidad, por la forma como han sido registrados en la iconografía y especialmente en vasos escultóricos de cerámica. No son pocas las representaciones de este personaje de dos cabezas y un solo cuerpo, que luce atavíos y tocados propios de los dioses, pero además lucen rostros sonrientes y van sobre una litera, elemento relacionado con personajes del más alto estatus. Estos personajes debieron generar un gran impacto en sus comunidades pudiendo alcanzar el estatus de verdaderos dioses vivientes, tal como sucede aun hoy en sociedades tradicionales en varias partes del mundo, especialmente en el mundo oriental, hinduista o brahmánico. Estos personajes fueron diferentes a los mellizos o gemelos, que Fig. 193 fueron apreciados de diversa forma en las sociedades prehispánicas, pues en algunos casos, se los consideraba como hijos del rayo, o consecuencia de determinadas faltas de los padres. Por ello, en las tradiciones de Huarochirí, se explica de modo detallado los rituales complejos que se realizaban en la casa de los padres, las procesiones, la presencia de un venado, las ceremonias, fiestas comunitarias, grandes fogatas y penitencias (Taylor, 1987). En el campo de la ganadería, el alumbramiento de animales defectuosos era también motivo de preocupación, lo mismo sucedía en el campo de la agricultura cuando la cosecha mostraba a frutos excepcionales de gran tamaño, mellizos (Fig.
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