Dioses de Lambayeque
sitio de Caral- no fue solamente un recurso tecnológico, sino sobre todo, un concepto de profunda religiosidad. En este caso se rellenó el núcleo de los edificios sagrados con un sistema superpuesto de shicras, que adquieren la forma de grandes “esferas” de cantos rodados contenidas dentro de una red hecha con fibras vegetales. Si nuestra percepción es correcta, los edificios precerámicos de la costa central, se convierten en contenedores de un sistema “celular” de redes que se ofrecen pidiendo los favores de los dioses, considerando que en algunos edificios, como la estructura auxiliar al sur de la pirámide I, la shicra está aislada como una ofrenda y colocada en medio del relleno (Shady, 1997). Se ha reportado un conjunto de entierros simbólicos en relación con estas redes de canto rodado, en la forma de estatuillas con representaciones antropomorfas, que ha sido consideradas como “sacrificios”. Estas bolsas de redes, por lo tanto, pueden contener no solo peces, sino aves, cabezas humanas, hombres y cantos rodados. Algunas vasijas moche muestran semiesferas en relieve que brotan del cuerpo y están decoradas con el motivo de red, como el caso de la tumba de La Mina (Narváez, 1994). Cuando se describen los famosos palacios o ciudadelas de Chan Chan, se relacionan los muros completos decorados con rombos consecutivos, construidos como una celosía, en la forma de una red. Consecuencia lógica de una sociedad relacionada íntimamente con el mar y por lo tanto con la pesca. Esta decoración, como el caso del conjunto de Tschudi, se ubica preferentemente en el corazón del sector norte, relacionado con un conjunto de plazas ceremoniales, “audiencias” y almacenes que tenían un rol religioso y Fig. 253 ritual preponderante. En este caso, los muros-redes constituyen representaciones estrictamente simbólicas, puesto que no están destinadas ni a contener ni atrapar nada físicamente; sin embargo, sí tienen un gran efecto psicológico. Como sabemos, la necesidad de alejar los malos espíritus es aún hoy un tema prioritario en las sociedades tradicionales de la costa norte del Perú, para lo cual utilizan diversas alternativas o “secretos”, que incluyen el colgar una planta de sábila o áloe sobre el dintel con las raíces hacia arriba, al interior del vano de acceso. Esta planta se secará solamente como consecuencia de enfrentar a los malos espíritus. Siguiendo este razonamiento, una de las tumbas de elite de San José de Moro, en la costa norte del Perú, mostró un ataúd en el que iba el personaje principal, considerado como un sacerdote por el contexto registrado, recubierto por una red hecha de listones de cobre, no solamente dentro del ataúd, sino al exterior, cubriendo los costados del mismo (Castillo, 2011: 68-71). Podríamos recordar otros ejemplos de lo mismo en lugares muy distintos y distantes: el uso de una red para envolver los cuerpos momificados, como tradición funeraria chachapoyas en los Andes nororientales o los fardos funerarios muy bien elaborados en las tradiciones tardías de la costa central, específicamente en Ancón, cubiertos con una red muy bien conservada hecha de sogas (Stothert, 1978), de modo que el tema puede ser más mucho más amplio en el escenario andino. En el plano etnográfico, los campesinos de las provincias de Chucuito, Huancané y de Puno, en una acción de gracias por la cosecha, trataban de impedir que el espíritu de las papas abandone la chacra o la casa. Para ello, se procedía de dos formas, la primera colocando montoncitos de terrones alrededor, que eran llamados chotacha, pero también, se usaban sogas que rodeaban las papas ya almacenadas. Las sogas cumplían así la función de sujetar el espíritu de la Mamata (Llanque Chana, 1990: 126-127). Redes como parte de los mitos de creación Ha sido muy interesante observar varias escenas que involucran a redes como parte de mitos de creación, como el caso de un vaso de la colección del Denver Art Museum mencionado líneas arriba, en cuyo escenario inferior, una deidad serpiente, incluye dentro de su cuerpo muchos peces y crustáceos, pero además formas ovoides y semiesféricas que 202 Fig. 254 2