Dioses de Lambayeque
poder de una serpiente, representación bastante difundida en el área andina, pero también en la cultura universal, cuando se trata de felinos. Nuestro interés en este caso, se refiere a la representación de la cola de manera independiente, tema que debemos reconocer es recurrente en la cerámica o las expresiones artísticas lambayecanas o prehispánicas en general. Este tema lo encontramos en vasijas de estilo lambayeque y chimú, pertenecientes a la colección del Museo Larco (ML020467, ML020468, ML024389). En el caso de la primera vasija (Fig. 320), la forma del cuerpo muestra un panel continuo en relieve con una larga cola de un animal, tanto suspendida del marco superior del relieve, como ascendiendo del marco inferior. Entre ellas una luna creciente rodeada de puntos en relieve, nos presentan la idea de un medio celeste nocturno. Desde nuestro punto de vista, es claro que la cola es un elemento “instrumental” que permite la conexión entre dos espacios definidos unicamente por el marco desde donde la cola cuelga o se eleva de modo alterno. No es aventurado afirmar que estamos ante una expresión plástica del rol de la cola como elemento de unión del mundo de arriba con el mundo de abajo. El hecho de que esta unión se produzca desde ambos lados, hace posible pensar en una pareja de personajes relacionados con este mito, que permiten la unión de dos mundos opuestos mediante el uso de sus colas. Este no es un tema ajeno a la rica tradición oral andina y amazónica, pues existen varios registros en los que la prerrogativa de esta unión, como sabemos no es exclusiva de los felinos, son varios los animales que son capaces de establecer este vínculo, en el orden de las aves, los reptiles y los mamìferos de modo general. El hecho de que las largas colas suspendidas desde la parte superior e inferior de la esfera se encuentren en un medio estrellado en la fase de luna creciente, tiene especial importancia en relación al crecimiento de las plantas, la posibilidad de talar árboles o cosechar determinados productos, entre varias otras actividades, de las cuales la etnografía andina da varias líneas de evidencia. En la vasija que estamos comentando, el asa estribo está acompañada en uno de sus lados, por un animal de larga cola, semejante a la del cuerpo de la vasija, que podría ser reconocido como un mono. Por lo tanto, es posible que la cola que comentamos pueda ser la de un mono. Si bien este es un tema que puede discutirse, es claro el rol de la cola en cualquiera de los casos, para unir mundos opuestos. Es interesante el poder del felino de “volar”, si es el término correcto, pues tiene la cola hacia arriba, apareciendo suspendido, en posición horizontal. Este gesto mítico podría relacionarse con la representaciòn del felino lleno de círculos en el cuerpo, que recibe agua de un recipiente de calabaza sobre su lomo (Fig. 324, ML400020). Este animal luego puede orinar el agua en una clara alegoría al mito de Qoa, el felino que vuela y trae la lluvia desde el cielo, orinándola (Kauffmann, 1989 a).
Fig. 320 2
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