PABLOEXÉGESIS ALEXIS SANTOS Exégesis Exégesis 2 Segunda Época
El bolero entre discursos literarios e históricos: Una breve mirada [crítica-música-estudios culturales-historia]
E
l bolero, fórmula musical popular, nace en el este de Cuba específicamente en Santiago, en la década de los ochenta del siglo XIX. Este fenómeno musical se difunde por las Antillas hispanoparlantes, pero cuando verdaderamente alcanza su divulgación internacional es después de haber pasado por México; este llega allí a finales del siglo XIX. Fue a través de la península de Yucatán y es allí donde el bolero se desacelera y se suaviza al ponerse en contacto con la canción de los trovadores yucatecos, esta estaba muy relacionada con la poesía romántica. Otro dato interesante es la instrumentación. En Cuba, la guitarra era el instrumento base de acompañamiento. En México, el piano y el violín comienzan a ocupar ese primer plano antes ocupado por la guitarra. Esto le da más intimidad a la letra y desde entonces pasa a ser más romántica y amorosa. Analizando al bolero como texto literario popular daré como ejemplo, “Inolvidable” (1944, Julio Gutiérrez) la construcción del yo bolerístico se trabaja a base de un intento de olvido por parte del yo hacia el ser amado. “Inolvidable” En la vida hay amores que nunca pueden olvidarse, imborrables momentos que siempre guarda el corazón,
porque aquello que un día nos hizo temblar de alegría es mentira que hoy pueda olvidarse con un nuevo amor. He besado otras bocas buscando nuevas ansiedades y otros brazos extraños me estrechan llenos de emoción pero solo consiguen hacerme recordar los tuyos, que inolvidablemente vivirán en mí. La primera estrofa, que podrían ser los primeros ocho versos, comienza con una generalización, que, como casi todas, es errónea. En la vida pueden existir amores que no se puedan olvidar del todo, aunque con el transcurrir del tiempo siempre se baja o merma la intensidad del sentimiento amatorio, pero también cabe la posibilidad de que sí haya amores que se pueden olvidar. El yo nos muestra que los recuerdos que él tiene los atesora, “los guarda en su corazón”; sus experiencias pasadas de amor recíproco fueron tan intensas que aún no las ha podido olvidar, “son imborrables”. La evocación de la memoria del yo está invadida por la constante aparición del tú. Es una evocación continua del recuerdo, del pasado feliz y alegre: “porque aquello que un día nos hizo/ temblar de alegría”. Sin embargo, el yo, dentro de su recuerdo perturbado-amoroso,
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