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“El patio de los cerezos” Abril Mas i Baurier / 2n de Batxillerat LLENGUA CASTELLANA_PROSA_2n PREMI Asuka había muerto hacía unas horas, a la princesa Kimiko se le comunicó de inmediato. La habían encontrado por la mañana sentada frente la puerta de la sala del biombo azul. Kimiko ahora necesitaría a otra criada, así que avisó a Naoki, el jefe de los guardias, para que le encontrara alguien tan fiel como Asuka había sido. Fue esa misma tarde que llegó a las puertas del palacio Suzume una bella y joven aprendiz en el taller de sombreros cercano al palacio. Suzume nunca había observado el palacio pasadas sus murallas, y de hecho aún podía acordarse del primer día que lo vio. Ella llegaba por primera vez a la ciudad y, a lo lejos, observaba como en medio de un mar de tejados se elevaba la estructura más alta y hermosa que jamás había contemplado. Una sucesión de tejados con acabados puntiagudos estilizaban la geometría del palacio pareciéndose a pétalos de cerezo que, planeando con delicadeza uno sobre otro, delimitaban las paredes que conformaban el cuerpo del edificio. Desde cerca, ya cruzadas sus murallas, pareciole aún más impresionante, observaba el gran trabajo en la estilizada madera y el detallismo en los acabamientos de los tejados. Fue en ese instante de observación en el que Kiyoko, una criada de mayor edad, se le acercó. El carácter con el que la recibió cortó fríamente el momento de admiración al edificio. Juntas entraron en el palacio. Paseó junto a Kiyoko por las distintas estancias del palacio, al mismo tiempo que sus oídos recibían apáticas palabras relatando el comportamiento apropiado de una criada. Sus ojos se desviaban a los muebles y a la bella armonía de los espacios. Visitaron la mismísima habitación de la princesa y la sala del sol. Ambas estancias estaban delimitadas por paredes con hermosas escenas naturales, y cubiertas por un techo