«¡Usted fue aprista!»
Para disipar todo equívoco, apenas Haya de la Torre abandonó su cautiverio, redactó un artículo para la revista Life, en que abandonaba abiertamente la posición antiimperialista y anticapitalista que había predicado hasta entonces: «Creo que la democracia y el capitalismo brindan la solución más segura a los problemas mundiales a pesar de que el capitalismo todavía tiene sus fallas. Pero tam bién creo que esa democracia particular debe ser lo más representativa posible» (Valderrama 1980: 66). Su cambio de línea en un tema medular de la ideología aprista provocó una oleada de malestar que se extendió por todo el partido y que se expresó en la demanda de realizar un evento partidario para definir hacia dónde debía ir el Apra. Por todo esto [afirma Luis Alberto Sánchez] y por las polémicas internas durante los años 1951-54, apenas Haya de la Torre estuvo en condiciones de discutir personalmente los asuntos del Perú y del partido, lo instamos a promover una reunión de proscritos, la cual podría realizarse en México, Santiago o Montevideo. Después de madurar la idea, Víctor Raúl escogió Montevideo. A Montevideo partimos, como los creyentes a la Meca, numerosos desterrados apristas de Santiago, Buenos Aires, La Plata, Valparaíso, Concepción y La Paz. Estábamos a comienzos de junio de 1954 (LAS 1987: 202).
La hora de las definiciones. El debate de Montevideo Los aspectos prácticos del viaje de Haya de la Torre a Montevideo fueron preparados por Ezequiel Ramírez Novoa, un exiliado aprista que había logrado cultivar buenas relaciones sociales, que llegaban hasta al presidente Battle Berres, y tenía una columna editorial en un importante diario uruguayo. Ramírez Novoa consiguió que el gobierno uruguayo invitara a Haya, y hasta logró una entrevista con el propio presidente. Tuvo también un importante papel en el viaje de Seoane a Montevideo: Yo fui a traer a Manolo que no quería venir. Pero lo llamé y vino. Cuando no llegaba Manolo comenzó a esparcirse la noticia de que Seoane había renunciado al Partido y que el Comité de Chile, donde estaba Manolo, estaba en reunión permanente. Todo esto lo zanjamos cuando hablé con Manolo y le dije que el propio Haya iría a recibirlo. Cuando Seoane llegó al aeropuerto Haya no estaba y Seoane se disgustó conmigo, pensó que lo había engañado. Pero en la noche se juntaron (Cristóbal 1985: 134).
Para la reunión de Montevideo, Manuel Seoane y Luis Barrios prepararon una extensa carta dirigida a Haya de la Torre, en que ventilaban sus discrepancias con las posiciones que este venía adoptando a nombre del partido. Había una gran tensión, además la amenaza de una ruptura flotaba en el aire. 139