«¡Usted fue aprista!»
una gran oleada migratoria que en los siguientes cincuenta años cambió radicalmente a la sociedad peruana: en 1940 el 35,5% de la población era urbana y el 64,5% población rural; en 1993 los porcentajes fueron de 70,4% y 29,6%, respectivamente. El Perú es hoy un país eminentemente urbano. En 1993, más de la mitad de la población del país vivía en solo 32 ciudades y la tercera parte en una: Lima. El crecimiento de la población peruana entre 1940 y 1961 fue de 61%. Las grandes migraciones agravaron las desigualdades en el crecimiento de la población. El crecimiento en los departamentos de Arequipa, Callao, Ica, La Libertad, Lambayeque, Tacna, Lima, Moquegua, Piura y Tumbes siguió una línea que se acercaba a la de la población nacional. Sin embargo, en Apurímac, Ayacucho, Cusco, Huancavelica y Puno, la región más rural y tradicional del Perú, se produjo un despoblamiento relativo. «Si comparamos las cifras del censo aludido con los estimados de población en esas circunscripciones para 1958, realizados sobre la base del censo de 1940, tendremos los siguientes porcentajes de disminu ción: Apurímac: 29; Ayacucho: 25; Cusco: 24; Huancavelica: 19; Puno: 23» (Aguirre Gamio 1962: 30). La migración cambió también la relación entre las regiones naturales: entre 1940 y 1993 la población de la costa con relación a la población total pasó de 24% a 52,2%; la de la sierra del 63% al 35,8%; y la de la selva del 13% al 12%: la sierra ha reducido drásticamente su peso relativo en el país, la costa lo ha elevado a más del doble, mientras que la selva permanece estacionaria: la población peruana es hoy eminentemente costeña y la concentración en Lima es extrema. Otras razones han mantenido esta dinámica. Arequipa, que es el departamento que sigue a Lima en atracción de capitales, no retiene ni la décima parte de los recursos que capta la capital, a pesar de que concentra más recursos que otros diez departamentos serranos juntos. Los recursos educativos se concentran igualmente en Lima, así como los servicios de salud, etcétera. La gente migraba con expectativas de mejorar su situación social y económica. Esta dinámica tiende a reproducirse en muchas regiones, con la migración de la población del sur hacia Arequipa, así como hacia Trujillo, en el norte.
La urbanización informal. Invasiones y barriadas El crecimiento de Lima debido a la migración se hizo inicialmente a costa de la tugurización de los barrios tradicionales, pero desde la década del cuarenta pobladores de los barrios populares comenzaron a asentarse en los alrededores de Lima. El proceso se inició en el Callao, como consecuencia de los destrozos ocasionados por el terremoto de 1940, y prosiguió por el lecho del río Rímac. 167