«¡Usted fue aprista!»
revolucionario de “El antimperialismo y el Apra” son una adecuada aplicación a la realidad peruana de una concepción científica y revolucionaria de los fenómenos sociales». Y en las resoluciones decidieron: «Ratificar los principios doctrinarios revolucionarios contenidos fundamentalmente en “El antimperialismo y el Apra”» (Voz Aprista 1960). La gran mayoría de los apristas no habían leído ni El antimperialismo y el Apra ni, menos, nada de marxismo. Existían apenas uno o dos ejemplares del libro, que habían llegado desde Chile. Editarlo a mimeógrafo no fue tarea fácil. Eran cientos de páginas y había que compaginar cada texto artesanalmente; «si te equivocabas tenías que corregir el esténcil con esmalte de uñas y esperar a que seque». Enrique Amaya fue uno de los mecanógrafos el texto, mientras Walter Palacios y Manuel Pita corregían. Se editaron cientos de ejemplares. Los apristas querían desaparecer la edición. «Era increíble, lo que pasaba era que entraba en contradicción con las propuestas que habían planteado en 30 años de aprismo, y con los principios y con las nuevas tesis». Los apristas rebeldes comenzaron a usarlo como bandera pero después poco a poco fueron distanciándose de sus posiciones. Fue importante en esta evolución el aporte del texto de Héctor Cordero, El Apra y la revolución, una crítica marxista de las tesis de Haya, elaborado durante su exilio en Buenos Aires. «Inicialmente [El antimperialismo y el Apra] fue una buena herramienta para el trabajo político con las bases. Porque si se salía de frente ibas a ser un grupito más. Porque de la Puente era muy claro: tenían que hacer política en grande. No iban a ser un grupo pequeño, como el que fundó Carnero»14. En la Primera Asamblea del Apra Rebelde, Héctor Cordero fue nombrado secretario de prensa. Decidieron asumir el nombre de Comité Aprista Rebelde, pues prácticamente ya estaban desligados del Apra y no tenía mayor sentido definirse «por la defensa de la democracia y los principios» del partido que los había expulsado, «además éramos más conocidos así, como apristas rebeldes». El periódico cambió de nombre a Voz Aprista Rebelde.
La llamada de la revolución En esas circunstancias el triunfo de la revolución cubana, en enero de 1959, tuvo un gran impacto sobre los apristas disidentes. Fidel Castro decía que no era necesario ser militante del PC para poder ser revolucionario y su afirmación estaba respaldada por una revolución triunfante realizada sin la intervención de 14
Entrevista a Walter Palacios. Lima, 6 de marzo de 2008. Guillermo Carnero Hoke propició la formación del Partido Nacionalista Revolucionario, que no tuvo mayor significación y se extinguió rápidamente. 333