Nelson Manrique
Las guerrillas del Mir El 9 de junio de 1965 una columna guerrillera del MIR, bajo el mando de Máximo Velando, Froilán Herrera y Guillermo Lobatón Milla, tomó la mina Santa Rosa y la hacienda Runatullo en las estibaciones de la selva central. Voló después un puente en la carretera que unía Comas y Satipo y asaltó la comisaría de Andamarca. Dos días después tomó la hacienda Alegría. De esta manera inició sus acciones la guerrilla Túpac Amaru, del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)37. Aunque estas acciones tomaron de sorpresa al régimen de Fernando Belaunde, ellas habían venido preparándose con años de anticipación. Desde 1961 el MIR había empezado su trabajo de asentamiento en la región central, en los movimientos estudiantil y campesino. Máximo Velando Gálvez, uno de los líderes de la guerrilla, llegó a ser secretario de organización de la Federación Regional de Comunidades del Centro. Poco a poco fueron incorporándose nuevos militantes provenientes de Huancayo y otros pueblos de la región central, como los estudiantes Froilán Herrera y Máximo Lazo Orrego, Roberto Montes, Juan Paucarcaja y Antonio Meza, un importante líder campesino. Entre 1963 y 1964 el MIR realizó reuniones nacionales preparando el inicio de la lucha armada. Tampoco descuidaron la propaganda. El 7 de febrero de 1964 de la Puente participó en un mitin convocado por las fuerzas de izquierda en la Plaza San Martín, en Lima. Allí recusó el camino electoral. En su proclama se sienten los ecos de su desencanto frente al Apra: El año 1956, algunas esperanzas renacieron con la vuelta a la legalidad del Apra. Lastimosamente el Apra llega a 1956 doctrinaria, política y mo ralmente castrada. La dirección había abandonado totalmente los principios doctrinarios primigenios; había escogido el camino de la transacción y de la convivencia con los tradicionales enemigos del pueblo; sus líderes se habían corrompido y degenerado; las masas obreras habían sido conducidas por direcciones traidoras […] Sólo así se explica que pudieran aliarse en 1956, con quién persiguió encarceló y asesinó a los apristas revolucionarios desde 1939 a 1945. Así se explica el maridaje de la dirección aprista con el hijo del traidor a la patria cuyo fruto monstruoso fue la convivencia […] Haya de 1a Torre y Prialé representaban la mentalidad burguesa, como consecuencia de su claudicación, y actuaban ayer, como hoy, en calidad de “enganchadores” de votos, de rompehuelgas y de traidores. 37
Sobre el desarrollo de las acciones, véase Mercado (1967) y Añi Castillo (1967). 352