«¡Usted fue aprista!»
abiertamente en el campo de la contrarrevolución y lo hubiese dejado tan descolocado como habían quedado los partidos que conformaban la oposición de derecha. Haya de la Torre optó entonces por tratar de recuperar la imagen revolucionaria de sus tiempos aurorales. En 1971 se publicó por primera vez en el Perú su libro El antimperialismo y el Apra. Ahora trataba de demostrar que antes había sido revolucionario. A continuación, trató de tomar distancia de la oligarquía con la que había cogobernado entre 1956 y 1968. En un discurso pronunciado en febrero de 1976, cuando la reforma agraria había liquidado a sus antiguos aliados, afirmó: «Conocemos los pecados de la oligarquía, que ha sido una oligarquía políticamente perezosa. Como los reyes de cierto país europeo, llamados “los reyes perezosos”, se ocupó solamente de hacer negocios. Desatendió los asuntos públicos y fue responsable de muchas faltas en las que quizá esté comprometida la pérdida del territorio nacional» (VRHT 19761977: vol. 7, 469). Saludó además las reformas militares y guardó por lo menos una complaciente expectativa hacia las acciones que se ejecutaban, reclamando ritualmente cada año en su discurso por el Día de la Fraternidad que se celebraran elecciones y, más realistamente, que los militares dejaran al Apra participar en el proceso de reformas que se estaba realizando. A lo largo del gobierno velasquista, Haya mantuvo una actitud muy prudente y moderada. Según los testimonios que ha recogido Cynthia Samborn, esto respondió a su temor de que una acción más enérgica provocara la deportación de los líderes del partido, lo que podría ser fatal, dada la nueva situación y la vulnerabilidad en que había quedado (Sanborn 1989). Ratifica esta interpretación el hecho de que Haya permaneciera durante todo el gobierno de Velasco Alvarado en el país, a diferencia de todo el período anterior, en que desde 1954, cuando pudo abandonar su cautiverio en la embajada de Colombia, solo permaneció en el país por algunos meses en las coyunturas electorales de 1962 y 1963.
Haya de la Torre y la revolución militar En su libro La revolución constructiva del aprismo. Teorí@ y práctic@ de la modernidad (Lima, 2008) Alan García busca fundamentar su viraje hacia el neoliberalismo en las tradiciones apristas, presentándolo como un retorno hacia las verdaderas posiciones de Haya de la Torre. García sostiene que este fue un abierto enemigo de las reformas de Velasco Alvarado, mientras que los apristas
El Apra conmemora cada año el Día de la Fraternidad el día del cumpleaños de Haya de la Torre, el 22 de febrero. Mientras duró el gobierno de la Junta Militar esta constituyó la única actividad pública del partido. De allí la importancia de los discursos de Haya, que trasmitían su mensaje político principal. 375