La dignidad del adobe
B
urkina Faso no tiene salida al mar, es uno de esos países que están literalmente en lo profundo del continente africano. Allí, en un pequeño pueblo de nativos llamado Gando -similar a una reserva aborigen- la gente vive con grandes limitaciones y tiene muchas necesidades, no hay escuelas y el estado está ausente. En la década del 70, apenas 10 años después de que Burkina Faso dejara de ser una Colonia francesa, el jefe de la comunidad de Gando era el Sr. Keré. Era un líder muy consciente de las limitaciones de vivir en la aldea, por lo que decidió enviar a su hijo Francis a aprender a leer y escribir a una escuela en la capital del país, la ciudad de Ouagadougou. La idea del padre era que su hijo pudiera recibir y contestar la correspondencia que enviaban al pueblo. Quería que su hijo se forme y vuelva para servir a la comunidad. Francis se fue y pasaron los años, hizo la primaria y la secundaria lejos de su familia y hasta aprendió el oficio de carpintero. Curiosamente, a los 18 años, ese oficio hizo que le ofrezcan una beca para ir a estudiar a una Universidad en Europa. Francis aceptó esa oportunidad y ya no volvió a Ģando.
149