Lugares para vivir
A
fines de los años 80, se sancionó una ley que pasaba en limpio qué cosas podía hacer alguien que se recibía de arquitecto. Es una lista larga -de 21 puntos- donde la mayoría de las tareas son compartidas con otras carreras; por ejemplo, tasar inmuebles lo puede hacer tanto un arquitecto como un martillero público. Calcular estructuras para edificios es una incumbencia compartida con los ingenieros. Y un punto incorporado posteriormente agregó lo relativo a evaluar la seguridad e higiene en una obra, algo compartido con los técnicos que se dedican a eso. En 2019, el Ministerio de Educación de la Nación publicó la lista de las tareas que son exclusivamente incumbencia de un arquitecto, y los que obtienen este título no comparten con otras carreras. Es una lista con cuatro puntos, que no significa que a las otras no las siga haciendo, sino que significa que a estas cuatro no las puede hacer otro. Específicamente, son las cuestiones vinculadas a diseñar, proyectar, construir, dirigir y todo lo referente a los espacios donde habitan las personas. Un arquitecto puede definirse como ese profesional dedicado a los lugares que van a ocupar los seres humanos para vivir. Entendiéndolo así, no nos va a llamar la atención que el arquitecto inglés Norman Foster esté dedicado a diseñar el asentamiento donde 175