Defensores del espacio público
L
a creciente conciencia ambiental y la necesidad permanente de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, proponen a las ciudades una serie de grandes desafíos. Uno de ellos es darle a los habitantes espacios verdes suficientes. Hoy son muy pocas las ciudades que cuentan con los 9 metros cuadrados por habitante -como recomienda la Organización Mundial de la Salud- y la situación empeora cuando lo medimos a nivel metropolitano. Muchas capitales con espacios verdes limitados tienen en su primera corona -ese primer anillo de ciudades aledañas- muchas veces situaciones peores, y el promedio de unas con otras da resultados aún más preocupantes. El arquitecto Jaime Lerner, en el caso de Curitiba, optó por convertir en áreas verdes a viejas canteras en desuso. Pero para darle mayor sentido de pertenencia y asegurarse que la gente se apropie de esos lugares, eligió dedicárselos y encomendarle cada uno a una colectividad inmigrante diferente. Los parques ucraniano, polaco, japones y alemán, junto al Jardín Botánico de Curitiba, permitieron que la ciudad brasileña pase de 0,5 a 52 m2 de áreas verdes por persona. 65