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PROYECTOS DE APLICACIÓN
PAP
ESTUDIO
VENTANALES • UNIVERSIDAD CASA GRANDE • AÑO X No 18
2020
UN CUENTO ANIMADO FORMÓ PARTE DE LA 7ª EDICIÓN DEL PAP GÜEYITAS Desde el 2016 se desarrolla el proyecto de PAP Güeyitas, y el 2020 no fue la excepción. Esta propuesta busca educar a los niños y sus adultos más cercanos sobre la convivencia responsable con animales de compañía, sembrando valores en los pequeños a través de la gamificación y reeducando al adulto mediante los niños. Por tanto, en su 7.ª edición se desarrollaron dos nuevas herramientas, una de ellas, el cuento Ronronea la luna, el cual compartimos a continuación; así como manuales de actividades en línea para realizarse entre adultos e infantes de 1 a 2 años, y niños de 2 a 3 años. Estos últimos pueden encontrarse en el sitio web del proyecto (www.gueyitas.com/manual-de-actividades/).
Ronronea la Luna Max e Isa son amigos inseparables, juegan juntos todas las tardes. Les gusta bailar y cantar; también les gusta escuchar historias sin parar. Isa caminaba junto a Max y Skippy un domingo divertido. Se entretenían viendo los paisajes y el sol brillar. De pronto, la huella de Skippy comenzó a palpitar, ¡hay un animalito en peligro!, dijo Max. Skippy salió corriendo. Siguiendo su radar, Isa y Max, sin dudar, dijeron: “¡Espéranos, Skippy, no nos dejes atrás!”.
Presentamos el cuento que crearon los estudiantes que conformaron el equipo de Güeyitas, proyecto de titulación de la modalidad PAP de la Universidad Casa Grande. Skippy se detuvo y comenzó a ladrar con mucha fuerza. Estaba angustiado ladrándole a unos niños extraños que lanzaban piedras a una gatita. Max e Isa, sin dudar, gritaron: “¡No hagan eso! ¡Eso está muy mal!”. Los niños se quedaron quietos como estatuas, mientras Max les explicaba que lo que hacían era maltrato animal. La gatita corrió asustada, perdiéndose en un callejón. Isa, Max y Skippy fueron a buscarla, pero no encontraban nada. De pronto escucharon un “¡miau, miau!”. Ambos se miraron fijamente, sorprendidos y asustados. Miraron a la derecha y no encontraron nada. Miraron a la izquierda y tampoco vieron nada de nada. Isa le preguntó a Max: “¿Y si miramos hacia atrás?”. Ambos voltearon de un sobresalto y vieron al pobre animalito solitario. Max dio unos pasos hacia adelante para acercarse suavemente al pequeño animal, mientras Isa daba unos pasos hacia atrás. “¿Por qué te alejas?”, le pregunta Max. “¿Y si me lastima?”, respondió Isa sin tartamudear. “Miau, miau”, dijo el animalito, mostrando sus tiernos ojitos. “Tranquila, Isa… no nos puede atacar. Pero, para que te sientas más segura… llamemos a tu mamá”. Isa, Max y Skippy corrieron sin parar, como pececillos rápidos nadando en el mar. Llegaron a la casa de Isa y tocaron la puerta