COMUNICACIÓN
202
DOSSIER
DE GUAYAQUIL
CUENTO
VENTANALES • UNIVERSIDAD CASA GRANDE • AÑO X No 18
Está bien, cariño, entiendo Escrito durante la pandemia del 2020 para la segunda edición del Taller de Escritura de la Universidad Casa Grande, esta historia se trata de un hombre que hace el intento y esfuerzo por cuidar y mantener en pie a su pareja, quien sufre de depresión y comportamientos suicidas, produciéndose un símil con el ansia, fragilidad y vulnerabilidad de ambos personajes. Cansado, acostado, dormido con la cabeza en medio de dos de las almohadas más hermosas que alguna vez me hayan regalado; despierto y me encuentro con su cuerpo, desnudo, ensangrentado, con heridas por todos lados. Al otro extremo de la cama estaba ella. Pareciera que intentaba no despertarme por la madrugada, momento en el que habría de realizar tan espantosa hazaña. Día a día suspiro, me levanto, busco un trapo viejo parecido a mis tan desgastados dedos; lo lavo, remojo y me acerco a su rostro. Con cuidado, lo froto lentamente sobre su piel, con el fin de limpiar cada una de sus ya secas, pero visibles lágrimas; despacio. Haciendo evidente el hecho de que se encuentra despierta, me repite una y otra vez —y lo dice con certeza—: “Estoy bien. No te preocupes. Esto lo he vivido tantas veces; me acostumbro a la realidad, a cada momento de desvelo en el que no encuentre nada mejor que hacer que volver a recordar mi tan frágil mortalidad”. Frotando aquel paño por sus heridas tan profundas —lo noto por sus gemidos y alaridos—, contengo mis sentimientos, mis emociones; no los dejo escapar. Le doy un beso en la frente para que sienta el amor tan intenso que le tengo y suelto las palabras que innumerables veces le habré dicho con el fin de, nuevamente, devolverle la paz que por tantos años ha soñado. Cuidadosamente, la abrazo y le digo al oído con mi ya tan rasposa, pero imperturbable voz: “Está bien, cariño, entiendo”.