S A L Ó N
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Homenaje al precursor de la metodología
‘hacer para ser’
Humberto Maturana nació el 14 de septiembre 1928. Fue un biólogo, filósofo, docente y escritor. Trabajó en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, ganó el Premio Nacional de Ciencias en su natal Chile, publicó 21 libros y fundó la empresa Matríztica. Falleció el 6 de mayo del 2021, ocasión por la cual la Universidad Casa Grande (UCG) le rindió homenaje. El evento “Amar es dejar aparecer” contó con la participación de Mónica Herrera, Enrique Rojas, Santiago Toral, Carlos Tutiven y Marcia Gilbert.
“Para que el amar eduque, hay que amar y tener ternura. El amar es dejar aparecer. Darle espacio al otro para que tengan presencia nuestros niños, amigos y nuestros mayores”, citó al autor la moderadora del evento, Tina Zerega. La primera intervención fue de Mónica; periodista, docente investigadora y fundadora de las escuelas de comunicación que llevan su nombre en Chile, Ecuador y El Salvador. Ella contó que de Maturana aprendió que la emoción impulsa la acción, sea esta positiva o negativa. Señaló que es esencial reconocer lo que esto implica, ya que detrás de la emoción están las creencias, que hay de dos tipos: las que amplían nuestros horizontes y las limitantes.
A esto le siguió la intervención de Enrique Rojas, graduado de la Escuela de Comunicación de Chile, profesor en la Casa Grande y columnista de opinión en diario El Universo. Él empezó por explicar que los dos grandes ejes de transformación en su vida fueron: la primera vez que Mónica lo invitó a una conferencia de Maturana y cuando Marcia Gilbert, actual presidenta del Consejo de Regentes de la UCG, le permitió entrar a la universidad con nuevas ideas. De los temas en los libros de Maturana, Enrique eligió la colaboración y la coinspiración. Comentó que, como fenómeno cultural humano, la competencia y el sometimiento son ideas que conducen la una a la otra.
Basado en eso, Mónica explicó que la metodología que implantó en sus escuelas busca ampliar las creencias positivas: “Todo lo que tú quieras, lo puedes hacer, porque tú tienes el poder para eso”; y considera que eso se transmite mediante la forma como se lleva la enseñanza en la UCG y en las escuelas de comunicación. Finalmente, aseguró que Maturana fue tan relevante por aportar la importancia de la emoción del amor en la educación, como proceso transformador.
Como ejemplo, mencionó la relevancia que le suelen dar los padres a las calificaciones de sus hijos, lo cual se convierte en lo más importante, como la única forma de sobresalir. Enrique afirmó que la validación del aprendizaje no es cuantitativa, sino cualitativa. “Nos enseñaron a responder y no preguntar”, dijo, pero agregó que “de las preguntas surge la educación”. Asimismo, expresó que —para Maturana— como sociedad es imprescindible dejar la competencia por la colaboración y desear por compartir. Maturana decía que así se puede construir juntos “algo valioso”.
INSTITUCIONAL
VENTANALES • UNIVERSIDAD CASA GRANDE • AÑO X No 18