Número 8
Madre Isabel
Pedrero
La decisión estaba tomada desde hacía tiempo... SE MIRÓ AL ESPEJO antes de salir a la calle. El pelo gris le caía lacio a los lados de un rostro igual de ceniciento, cruzado por las arrugas. Tenía la mirada cansada y hacía demasiado tiempo que no sonreía. No pudo evitar acordarse de los buenos tiempos, de aquella época en la que aún se sentía viva. Se alisó la camisa, demasiado grande, con las manos y suspiró con pena.
Al salir a la calle una ligera brisa le acarició el rostro. El delicado olor de los jazmines le hizo sentir un pinchazo de añoranza. Los rayos suaves de un sol de primavera, que se asomaba tímido entre las nubes de enero, le calentaron la piel. Sabía lo que estaban intentando. Parecía que últimamente todos ellos querían animarla como fuese. Eran conscientes de que todo iba a cambiar y 103