El Callejón de las Once Esquinas
Equilibrio Mario
López Araiza Valencia La Tierra reclama lo que es suyo...
EL JEFE DE LA OPERACIÓN, una presencia oscura envuelta en una capa negra, se encontraba vigilando que todo transcurriera en orden aquella noche. En medio del bosque, las sombras y el silencio eran sus mejores aliados. Nadie osaba internarse durante esas horas entre los árboles, por lo que se aseguraba un exitoso tránsito de la maquinaria por los senderos improvisados de la zona. Transportaban plata extraída de una mina, bajo el resguardo de minotauros armados hasta los dientes. 150
Justamente ese día, un aviso de uno de estos guardianes haría dudar al jefe de que el bosque era ocupado únicamente por la caravana. —Señor —anunció el custodio, bufando por la subida a la cornisa desde la que su superior monitoreaba la actividad—, atrapamos a un hombre deambulando, parece sospechoso. Lo tenemos en la cabaña del puesto de avanzada. Ambos descendieron la cornisa para dirigirse a donde se hallaba el cautivo. Arribaron a una pequeña construcción