Bolívar y los indígenas
comienzos del siglo XX Francisco García Calderón, escritor, hermano de Ventura, otro escritor de la Generación del 900, envidiaba a Chile y Argentina por estar libres de “razas agotadas”. Javier Prado y Ugarteche, intelectual de gran reputación, hijo y hermano de presidentes de la república, cuyo nombre lleva la más emblemática avenida del residencial distrito de San Isidro en Lima, se lamentaba de la “influencia perniciosa que las razas inferiores han ejercitado en el Perú”. El último de los ejemplos que pondremos es de otro insigne intelectual ya de mediados del siglo XX, Alejandro Deústua que dijo rotundamente que el “Perú debe su desgracia a la raza indígena”. Habiendo este consenso entre militares e intelectuales, al indio no tenía por qué tenérsele en cuenta; por lo tanto, durante la República no se reconoció a los caciques, se suprimió el colegio especial para sus líderes, se usurparon las pocas tierras de las comunidades que todavía los españoles habían respetado, los enviaron al extranjero para que luchasen por causas desconocidas, y se les restableció el tributo, que antes pagaban al rey durante la colonia, y que cubriría el 30% del presupuesto de la república hasta el arribo inesperado de la riqueza del guano. Veamos cómo los indígenas fueron sometidos por segunda vez durante el coloniaje criollo llamado República.
11- TRIBUTOS DE LOS INDÍGENAS. Bolívar no cambió de opinión sobre los indígenas durante la preparación de la guerra por la independencia, a pesar de la ayuda que recibió de los guerrilleros indígenas y de los batallones peruanos, formados principalmente por indios. Sin embargo, tuvo que aceptar y reconocer la eficacia y la valiente actuación de las tropas peruanas en Junín y Ayacucho. Sobre esto dejó múltiples constancias, aunque siempre matizadas, para dejar claro, como realmente fue, que las fuerzas colombianas fueron cruciales en la victoria.
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