La infame constitución de 1826
lado por una Cámara de Censores dirigida por Montesinos. Todo esto de por vida. La Cámara de Censores también debía elegir a los miembros del Tribunal Supremo de Justicia, y debía proteger la libertad de imprenta, dentro de otras atribuciones. También eran parte del Poder Legislativo, la Cámara de Tribunos, con atribuciones semejantes a una Cámara de Diputados, y la Cámara de Senadores que tenía algunas funciones de control de prefectos y promulgación de Códigos de Justicia. No hay duda de que la Constitución Vitalicia contenía algunas partes interesantes, como la elección popular de prefectos y gobernadores de provincias, la inviolabilidad de domicilio, etc., pero todo esto iba a valer muy poco debido al montaje de autoritarismo que la praxis política de un Presidente Vitalicio establecería. En resumen, el disfraz republicano de esta constitución no podía ocultar que tener un presidente todopoderoso de por vida, sin responsabilidad legal ni política por los actos de su gobierno, iba a ser una desgracia para el Perú. Muchos de los gobiernos que siguieron a Bolívar imitaron su atropello: destruyeron los fundamentos democráticos, y dedicaron sus afanes a perpetuarse en el poder en vez de concentrarse en mejorar al país.
7.- EL FIN DEL BOLIVARISMO EN EL PERU Si los pueblos supiesen la facilidad con que se disuelve todo el aparato de represión que crean las tiranías, y como se evapora lo que parecen pétreas estructuras de Estado, se arriesgarían anticipadamente a desbancar al dictador. Luego de las caídas o muertes de los dictadores, desaparecen casi por arte de magia todas las estructuras políticas y policiales que crearon. Recuérdese lo poco que duró el franquismo después de Franco, o lo que sucedió en Francia a la caída de Napoleón, o en Alemania a la muerte de Hitler,
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