Capítulo IV Resulta alarmante advertir el número de casos porcentuales en los que el maestro se encontraba en el lugar de los hechos (fuera por una o por otra razón) mientras el alumno era víctima de violencia y/o de acoso, tanto psicológica como física, que son las más fáciles de detectar por ser las más visibles públicamente. Tabla 12. Presencia del maestro durante situaciones de violencia y acoso escolar por municipio.
Ensenada Mexicali Rosarito Tecate Tijuana
Violencia Escolar Acoso escolar Violencia Escolar Acoso escolar Violencia Escolar Acoso escolar Violencia Escolar Acoso escolar Violencia Escolar Acoso escolar
Psicológico 26.67 26.22 22.23 23.41 29.55 28.79 13.41 19.35 20.29 33.93
Físico 20.07 14.61 17.57 11.49 25.25 19.44 11.87 6.43 21.14 12.29
En la tabla 12, puede observarse presencia del maestro durante situaciones de maltrato físico y sobre todo psicológico que ocurrió más de 10 por ciento de las veces, sino que, salvo en Tecate, el porcentaje sobrepasa el 20 por ciento con creces. Esta lista la encabeza el municipio de Rosarito, donde también radica el mayor porciento de violencia y de acoso escolar de tipo físico sufrida en el ámbito escolar. Aquí resalta la presencia del docente más del 50 por ciento de las veces en que los alumnos padecieron de violencia escolar tanto psicológica como física, y casi un 30 por ciento de las veces en que sufrieron acoso escolar psicológico. Incluso en un 20 por ciento reportado con acoso físico. A modo de tendencias, también Tijuana resalta; en este caso, como el municipio con más violencia psicológica en lo que se refiere al acoso por parte de sus compañeros con el educador presente (casi 34 por ciento). Y Tecate vuelve a aparecer como el de menos problemas en cuanto a violencia y acoso escolares; en esta ocasión, bajo la presencia del maestro.
Conciencia de los alumnos Una vez que los(as) estudiantes de secundaria respondieron las primeras 60 preguntas, debían contestar otras dos que se habían añadido, con el objetivo de saber si estos se habían tornado conscientes, o no, en el caso de estar siendo víctimas o victimarios. El 15 por ciento de los estudiantes se asumen como víctimas, mientras que un 21 por ciento como victimarios. Lo más importante a señalar el hecho de que no sólo existió un porcentaje de alumnos que, al final del cuestionario, reconoció ser una víctima. De particular importancia son los estudiantes que aceptaron obrar como agresores en su centro. Rosarito destaca como el municipio donde existió una mayor toma de conciencia al finalizar el mismo, sobre todo en su condición de victimario. Esto es un suceso significativo, sobre todo al considerar que este municipio también presentó el mayor tipo de violencia escolar e incluso de acoso escolar en el estado, sin afectarle la presencia del maestro durante la realización de estos. Situaciones vividas ¿diferencias por género? No existieron diferencias significativas entre el comportamiento de hombres y mujeres en ninguno caso. Muestra de ello, se tiene en la pregunta 1: “He observado situaciones que pueden molestar a algún/a compañero/a, como son insultarle en presencia del maestro”. Aquí, la violencia escolar fue reportada por 10.5 por ciento de las mujeres y 9.7por ciento de los hombres, mientras que el acoso escolar, por un 25 por ciento. Por mujeres y 24 por ciento por hombres. En esta misma pregunta, el 31.5 por ciento respondió que estaba presente el maestro.
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