Capítulo IX
Relación entre acoso escolar y aptitudes sobresalientes. Nuestro interés por estudiar conjuntamente a los alumnos que participan en conductas de acoso escolar y los que muestran aptitudes sobresalientes, se relaciona con las múltiples formas de interacción que pueden tener lugar entre ambas categorías. Al respecto, nos preguntamos si los alumnos con aptitudes sobresalientes: 1. Participan de forma similar a sus pares en conductas de acoso escolar 2. Son más frecuentes blancos de esto por ser percibidos como “diferentes” 3. Utilizan sus aptitudes para hacer acosar de una forma más “ventajosa” 4. Cuentan con mejores herramientas para establecer interacciones sin violencia Estas preguntas permanecen como una polémica aún sin resolver en la literatura. Al respecto, Lovecky (1992) argumentó que los alumnos con aptitudes sobresalientes manifiestan, desde edades tempranas, una gran sensibilidad moral y una marcada tendencia a beneficiar a los demás. Aceptar que estas características pudieran ser “inherentes” a su personalidad, al margen del contexto en que se desarrollen, llevaría a concluir que estos alumnos difícilmente participarían en conductas de acoso escolar en el papel de agresores. En contraste, Peterson (2009) y Peters y Bain, (2011) reportaron casos donde los sobresalientes utilizaron sus habilidades para ayudar a las víctimas de bullying, mientras que en otros casos apoyaron a los agresores, lo que le llevó a cuestionar la idea de su supuesta tendencia prosocial. En el mismo tenor, González (2010) Ambrose y Cross (2009) argumentaron que no basta contar con aptitudes sobresalientes para garantizar una apropiada educación en valores, porque éstas pueden ser utilizadas en sentido positivo o negativo. Por otra parte, es importante reconocer que las diferentes áreas de desarrollo suelen manifestarse de forma desigual, por lo que aun cuando se identifique a un estudiante como sobresaliente, difícilmente podemos esperar que su desempeño sea igualmente exitoso en todo tipo de tareas. Lo más frecuente es que destaquen en algunas áreas, pero también pueden presentar dificultades en otras y requerir de algún apoyo educativo, ya sea en el ámbito académico, o en el de las interacciones sociales. Resulta complicado pensar que existen niños que son excluidos por presentar habilidades superiores, sin considerar que, por sus características cognoscitivas, motivacionales y afectivas, también requieren de atención ya que siendo un grupo heterogéneo, su tratamiento educativo debe ser diferenciado (Gómez & Mir, 2011). Si bien, a partir de la caracterización de la aptitud sobresaliente se han retomado algunos rasgos para su identificación y atención educativa, de acuerdo con Tourón (2020) se ha dejado “para luego” algo que es crucial en su desarrollo que es su bienestar social y emocional, que debe ir parejo con su desarrollo cognitivo. Entre los autores que consideran que los individuos sobresalientes presentan características de personalidad específicas, que inciden de forma positiva o negativa en sus interacciones con otros se encuentra González (2010), quien planteó que muestran una gran sensibilidad a las situaciones, los cambios y las críticas; un sentido ético más desarrollado que el de sus pares, que les impele a cumplir y hacer cumplir las normas, independientemente de la situación; mayor empatía con las problemáticas sociales, y búsqueda de soluciones como parte de sus principales objetivos personales; sentido del humor basado en la ironía, que puede ser señalado como acoso escolar o una mala expresión de sus sentimientos, un gran perfeccionismo que les lleva a ponerse metas demasiado elevadas y a ser muy autocríticos; baja tolerancia a la frustración, relacionada con dicho perfeccionismo, y con las grandes expectativas que otros tienen sobre ellos/as, que puede generarles niveles de estrés muy elevados, llevarles a entrar en un decaimiento emocional o afectar negativamente a su autoconcepto y autoestima (Elices, Palazuelo & Del Caño, 2013; Fernández & Sánchez, 2011; Gómez & Mir, 2015; González, 2010; Romagosa, 2013). En el mismo tenor, autores como García, Canuto y Palomares (2019), señalaron que el alumno sobresaliente puede sentirse diferente, presentar problemas de aislamiento social, un autoconcepto negativo y experimentar dificultades emocionales derivadas de su alta sensibilidad y perfeccionismo, o de la presencia de conflictos con el ambiente en el que se desenvuelve. Freeman (2015) planteó que los sobresalientes pueden manifestar un pobre ajuste emocional a causa de su hipersensibilidad, perfeccionismo o la escolarización inflexible conllevando al conflicto, la ansiedad y a un comportamiento no deseado. Precisó que estos niños se enfrentan a los mismos conflictos emocionales como cualquier otro niño, por lo que, requieren apoyo emocional para lograr una adecuada manifestación de su potencial. Autores como Soriano de Alencar (2008) y Sanz (2021) afirmaron que, entre los rasgos psicológicos más ampliamente identificados de los alumnos sobresalientes, destacan la intensidad emocional, sensibilidad, fuerte interés por la justicia y el perfeccionismo, así como una tendencia mayor a sufrir miedo, culpa y ansiedad, por lo que, en gran parte de la literatura se señala que la sensibilidad, intensidad emocional y el perfeccionismo son mayores en estos niños que sus iguales normativos. Al respecto, Gómez y Mir (2015) manifestaron que los sobresalientes no sienten más que el resto de las personas, sino que lo hacen de una manera diferente, pues perciben distintos detalles de la situación, lo que puede generar pensamientos complejos e intensos y hacer que se sientan abrumados. Bajo este contexto, diversos autores han coincidido en identificar al estudiante sobresaliente como una víctima potencial de sufrir acoso escolar, por diversas razones: Su superioridad cognitiva puede ser un detonante que le haga ser visto por sus pares como alguien diferente, lo que podría llevar a que algunos de sus compañeros experimenten emociones negativas o incomodidad en su presencia. Estas situaciones, en caso de ser mal atendidas, podrían derivar 122