Capítulo XI
Capítulo XI. Participación parental en las tareas: Un estudio con estudiantes de primaria con alto y bajo desempeño académico. La educación básica de calidad es esencial para garantizar el progreso educativo de los estudiantes y su acceso a mejores condiciones de vida (Organization for Economic Co-operation and Development [OCDE], 2017). En México persisten importantes problemas en la calidad educativa, particularmente en el nivel de educación primaria (Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación [INEE], 2017). Esto se refleja en los bajos resultados obtenidos por casi la mitad de los estudiantes de primaria en pruebas de Lenguaje y Matemáticas (INEE, 2017). Por ende, conocer los factores relacionados con el desempeño académico de los estudiantes en la educación básica es un tema de interés para los investigadores y tomadores de decisión de la educación en México. Aunque el logro escolar es un fenómeno complejo que se asocia a características personales, del contento familiar y escolar de los estudiantes (Coleman et al., 1966; Horvat et al, 2003; Wenglinsky, 2002) diversos contextos (Epstein & Steven, 2002; Wilder, 2014) destacan el rol crítico de las familias en la explicación de las diferencias en la trayectoria educativa de los estudiantes. Si bien la literatura muestra que los antecedentes socioeconómicos y educativos de los padres se relacionan con el desempeño académico de los hijos (Chaparro Caso López et al., 2016; INEE, 2019ab) diversos estudios constatan que la participación de los padres es un factor esencial para entender los efectos de la familia en el logro escolar (Boonk et al., 2018; Castro et al., 2015; Grijalva-Quiñonez et al., 2020). Incluso algunos autores sostienen que el involucramiento parental efectivo en la educación puede contrarrestar los efectos negativos del bajo nivel socioeconómico y educativo de los padres en el logro escolar de los hijos (Watkins & Howard, 2015). La participación parental en la educación comprende actividades que los padres realizan en la casa y las escuelas para favorecer el rendimiento académico de los hijos (Castro et al., 2015; Fan & Williams, 2010; Hill et al., 2004). Es importante señalar que los investigadores hacen una distinción entre la participación enfocada en la escuela y la participación enfocada en el hogar (Fantuzzo et al., 2000; Green et al., 2007). La participación centrada en la escuela incluye la comunicación con los docentes y el apoyo a las actividades de la escuela que contribuyen al aprendizaje de los estudiantes (Fan & Chen, 2001). Por su parte, la participación en el hogar implica fortalecer el aprendizaje del currículo (ejemplo, ayudar con las tareas), la comunicación con los hijos sobre problemáticas y asuntos de la escuela y la creación de un entorno adecuado para el aprendizaje (ejemplo, establecer horarios y lugares para el estudio, hacer accesibles materiales educativos como libros o enciclopedias) (Fan & Chen, 2001; Hill & Tyson, 2009). Si bien ambos tipos de participación parental son importantes, la literatura informa una relación más fuerte de la participación en el hogar con los resultados académicos de los estudiantes (Altschul, 2011; Castro et al., 2015; Cheung & Pomerantz 2011; Lau et al., 2011; Suizzo et al., 2014). Dos metaanálisis recientes (Castro et al., 2015; Boonk et al., 2018) muestran que cuando los padres fomentan los hábitos de lectura, estimulan el aprendizaje y platican con los hijos acerca de temas académicos favorecen el desempeño académico de los mismos. Otros estudios sugieren que la participación parental en el hogar favorece el compromiso de los estudiantes con la escuela (Simmons-Morton & Crump, 2003) y su percepción de eficacia académica (Llorca et al., 2017). El apoyo en las tareas escolares representa la forma más común de participación en el hogar de los padres en la educación de los hijos (Cunha et al., 2015; Wei et al., 2019). Las tareas escolares comprenden actividades asignadas por los maestros a los estudiantes para completarse fuera de los horarios regulares de clase (Cooper, 1989). La evidencia sugiere que las tareas ayudan a los estudiantes a mejorar su rendimiento académico, la comprensión de los contenidos tratados en clase, la autorregulación del aprendizaje y la confianza en sí mismos como aprendices (Costa et al., 2016; Fan et al., 2017; Valle et al., 2015).
Participación parental en las tareas y desempeño académico La mayoría de los padres consideran que es su responsabilidad apoyar a los hijos en las tareas escolares. De hecho, perciben esta actividad como central en su rol de padres (Cuhna et al., 2015; Epstein & Van Voorhis, 2000). No obstante, en la literatura se reportan resultados contradictorios respecto a los efectos de la participación parental en las tareas con el desempeño académico de los estudiantes. Mientras algunas investigaciones destacan la relación positiva del apoyo de los padres en la tarea con el rendimiento académico (Fernandez-Alonso et al., 2016; Xu et al., 2018), otras reportan que el involucramiento parental en las tareas afecta negativamente el desempeño de los estudiantes (Barger et al., 2019; Hill & Tyson, 2009). Diversos autores sostienen que estas contradicciones se deben a que habitualmente los estudios se centran en la frecuencia y cantidad de tiempo que los padres dedican a apoyar a los hijos con las tareas (Grijalva-Quiñonez et al., 2020). Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que es más importante la calidad del involucramiento parental en las tareas (Dumont et al., 2012; Knollmann & Wild, 2007; Pomerantz et al., 2005; Silinskas & Kikas, 2019). En este sentido Gonida y Cortina (2014) sostienen que la participación parental en las tareas puede adoptar cuatro formas diferentes: (a) apoyo a la autonomía, que implica procurar que los hijos identifiquen los errores, dificultades y explorar 138