Capítulo II
Capítulo II. Mindfulness, estrategias de aprendizaje y rendimiento académico en estudiantes universitarios. El bajo rendimiento académico es un grave problema en la educación a nivel superior en México, esto puede deberse a diversos factores entre ellos: bajos recursos, debilidades de conocimiento y metodológicas propias del estudiante (Galmiche, 2017). En las universidades mexicanas aproximadamente 25 de cada 100 estudiantes desertan el primer semestre, la mayoría de ellos inician con índice de reprobación y con un bajo promedio de sus calificaciones escolares, la cifra aumenta a lo largo de la trayectoria académica de manera que, para el tercer semestre la deserción llega a un 36% de deserción, y hasta un 46% al terminar el periodo (Rodríguez et al., 2015). Ruiz et al. (2010) aluden que el rendimiento académico es el resultado de diversos factores, como los personales, familiares y sociales del alumno, y escolares. En términos educativos, el rendimiento académico es el producto del aprendizaje producido por la actividad educativa del profesor y del alumno, aun así, no todo el aprendizaje es resultado de la labor docente (Gómez-Sánchez et al., 2011). Murillo (2008) señala que el rendimiento académico es un indicar de eficacia y calidad educativa. El estudiante no es el único responsable de su fracaso, también lo es la institución educativa donde estudia. Page et al. (1990) hacen mención que el rendimiento académico, desde un punto de vista didáctico, se presenta y valora a través de exámenes, pruebas objetivas, observación del profesor, etc. El rendimiento académico se ve entendido como el resultado que obtienen los alumnos en el ámbito educativo (Martínez-Otero, 1997) que se refleja en las calificaciones escolares (Hernández, 2016).
Mindfulness El término Mindfulness es una traducción de la palabra “Sati” de la lengua extinta pali, proveniente de los textos budistas hace 2.500 años, la cual evoca conciencia, atención y recuerdo (Miró, 2006; Germer, 2013). Brown y Ryan (2003) señalan que el mindfulness tiene sus raíces en el budismo y otras prácticas en donde la atención consciente y la conciencia juegan un papel activo, lo definen como el estado de estar atento y consciente de lo que sucede en el presente. Igualmente, Kabat-Zinn, (2015) considera al mindfulness como la práctica de sabiduría más básica, sencilla, universal y posiblemente una de las más necesarias en la actualidad, la refiere como la capacidad que los seres humanos poseen para saber lo que realmente está sucediendo mientras esto sucede, además menciona que, el mindfulness se relaciona más con la naturaleza de la mente humana que con una religión, filosofía o cultura. En esta perspectiva, Bishop et al. (2004) mencionan que el mindfulness empieza trayendo a la conciencia al presente, a lo que ocurre en el aquí y ahora, y que, en la mayoría de las ocasiones, es descrita como una sensación de estar cien por ciento presente y vivo, en el momento. Delgado (2009) refiere que mindfulness ha sido traducido de diversas formas y que entre las expresiones más utilizadas en el campo académico psicológico son “atención plena” y “conciencia plena”. Todas las personas practican la atención plena o mindfulness en mayor o menor grado, estar en un nivel mayor, implicaría estar presente en nuestros cinco sentidos, en cambio un menor grado, consiste en estar presente solo en cuerpo, mientras nuestra mente divaga (Miró, 2006). El término de mindfulness es utilizado para designar un estado de atención y conciencia plena, se trata de que la persona se concentre en su presente activamente, observando de forma contemplativa todas las percepciones y sensaciones que experimenta en el momento en que se producen, sin hacer valoraciones (León, 2008). Mindfulness no es algo nuevo, es algo inherente a los humanos, sin embargo, no siempre los individuos se encuentran en este estado de conciencia plena, que para ser desarrollada se requiere de una práctica comprometida de esta habilidad (Siegel et al., 2009). Dentro de la psicología, han surgido investigaciones acerca de mindfulness o atención plena. Existen algunos estudios centrados en el ámbito educativo que han demostrado la influencia de una intervención en atención plena para mejorar el rendimiento académico (León, 2008). Amutio et al., (2015) en su artículo, señalaron que el mindfulness puede ser parte de una estrategia efectiva e idónea para incrementar y mejorar el rendimiento académico. LópezGonzález et al. (2016) en una investigación realizada con una muestra de estudiantes de escuela secundaria obligatoria y bachillerato, hallaron que los hábitos relacionados con la relajación y el mindfulness incurrían en el clima del aula y en el rendimiento académico. También, en un estudio con estudiantes de medicina en China, se reveló que el mindfulness podía mejorar el clima escolar favoreciendo con un mejor rendimiento académico (Xu et al., 2016). Franco et al. (2010) indicaron que después de implementar un programa psicoeducativo de mindfulness se produjeron mejoras significativas en la variable de rendimiento académico (t=4.70; p=0.001), en el grupo experimental en comparación con el grupo control. En una investigación similar, Lin y Mai (2018) exploraron la influencia entre la meditación mindfulness y el rendimiento académico a corto y largo plazo en un grupo experimental y uno de control en universitarios de primer año, el grupo que recibió la intervención obtuvo un mejor rendimiento académico a corto plazo que los del grupo control, a largo plazo ambos grupos obtuvieron resultados similares. Al finalizar la
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