Seguridad e higiene en el trabajo
El factor de efectividad E, tiene este sentido de valoración: — Para un control estimado del 100% será E = 1. — Para un control estimado al 50% será E = 0,5. — Para un control nulo, sin efectividad, será E = 0. Todo esto resulta de gran utilidad para la gerencia de riesgos, ya que permite comparar distintas alternativas de control del riesgo apreciando la justificación mayor o menor de cada una de ellas. Es la experiencia la que nos permite obtener una graduación adecuada de los valores J en cada empresa. No obstante, con carácter general se admite como plenamente justificadas las medidas que dan para J un valor superior a 20, y de dudosa justificación los valores inferiores a 10, de acuerdo con el método de evaluación matemática de William T. Fine. MÉTODOS PARA ADMINISTRAR RIESGOS En este momento debemos enfrentamos a una importante toma de decisiones, puesto que se trata de plantearnos cuál será la mejor solución que deberá ser adoptada para evitar las pérdidas que pudieran presentarse con los diferentes riesgos ya identificados y evaluados. Tenemos varias alternativas, que sucesivamente y de forma breve comentaremos. Eliminar La eliminación de los riesgos, presentes e identificados en la empresa, es una posibilidad poco probable. Si bien es cierto que no resulta una alternativa que pueda utilizarse con frecuencia ante riesgos con un carácter genérico, porque la única manera de evitar todos los riesgos de una empresa es dejar de ser empresa, la única forma de no tener accidentes de aviación es no volar, la única manera de que no se incendie nuestra propiedad es no tenerla, y así sucesivamente, no obstante contemplamos esta posibilidad porque hay ocasiones concretas en que, de forma parcial, los riesgos pueden ser evitados. Cuando la fabricación de un artículo o producto concreto, que lleva implícitos unos riesgos puros, nos proporciona unas pérdidas de tal naturaleza que compromete todas las posibles ganancias por las que fue concebido, y eso es todo lo que puede esperarse para el futuro, está claro que deberá plantearse su eliminación como método alternativo. Reiteramos, por tanto, que desde el punto de vista técnico la eliminación del riesgo es una posibilidad esporádica, ya que la empresa no existe sin riesgos por ser éstos inherentes al trabajo. Y aunque sea utilizada la terminología de eliminar el riesgo en conversaciones intrascendentes, de ningún modo puede admitirse cuando se trata de intervenciones que se supone llevan implícito un cierto rigor técnico. En el límite, lo más absurdo resulta cuando, ya sea por consenso (convenio) o por obligación (legal), se persigue la meta de eliminar los riesgos, porque no es ni tan siquiera una utopía: es el simple error de no entender la diferencia entre eliminar accidentes y eliminar el riesgo (posibilidad) de accidentes en la empresa.
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