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Ventanales • Universidad Casa Grande • Año IX No16
Diálogos de bienestar
Un café de resiliencia con Malca Goldberg
COLABORACIÓN
Bienestar estudiantil organizó esta charla-conversatorio con la conducción de la Psic. Malca Goldenberg y la participación de la Lcda. María Victoria Vásquez Cedeño de Murrieta, orientadora familiar, y el Mgtr. Juan de Althaus Guarderas, psicoanalista practicante, asociado a la sede de Guayaquil de la Nueva Escuela Lacaniana, director de Publicaciones y docente de humanidades de la UCG. Malca: ¿qué es y por qué aparece la resiliencia en este tiempo de crisis?
M.: ¿Qué factores afectan más la salud mental de los niños, jóvenes y la familia en este momento? ¿Qué aporta la familia?
M. V. V.: La resiliencia es la capacidad que tenemos los humanos, cuando hay una crisis grave, de activar mecanismos para readaptarnos a una nueva situación, volviendo a nuestro estado original de control y equilibrio. Puede ser una oportunidad para aprender y posibilita revelar lo que estaba tapado y confrontarlo. La adaptación es aceptar y sacar lo mejor de uno sin resistirse.
M. V. V.: Afecta la no comprensión de que el otro es diferente. Hay que comunicar los acuerdos de convivencia, crear vínculos emocionales de forma adecuada. En la familia aprendemos a vincularnos emocionalmente y a estructurar una organización, para lo cual se necesita lograr nuestra autonomía. Realizar terapia familiar, en compañía de un miembro de la familia que entiende lo que está sucediendo, modifica la dinámica en el hogar y se reacomoda. En la pandemia, se acelera ese aprendizaje.
J. A.: El psicoanálisis no usa ese concepto, más bien considera que el sujeto responde frente a las contingencias azarosas, incluso traumáticas, tomando decisiones. Traumáticamente, significa que se produce un agujero sin sentido, una contradicción entre el dicho y el hecho, y de ahí deviene el desconcierto y la angustia, que puede ser abordada como una señal de peligro, ante lo cual puede producir nuevos arreglos inventivos de sus propios síntomas. No se retorna a la situación anterior. Es como una especie de duelo, algo se perdió y hay que procesar. El lenguaje no alcanza para adaptarse a la realidad, que es un imaginario que funciona o no. Siempre hay algo que vuelve a fallar.
Los adolescentes están en doble crisis de transición: la normativa, que corresponde a la edad y el ciclo evolutivo; y la otra, que debe que integrar la realidad de la situación externa. Los padres deben entender que los chicos necesitan que se cambien las reglas para ser tratados. Hay que llegar a acuerdos e ir responsabilizando al hijo. El adulto debe serenarse, y explicarle al niño que todo se puede resolver, dándole un mensaje esperanzador. J. A.: Cada uno tiene una forma distinta de abordar las nuevas dificultades en sus vínculos sociales. Hoy hay una multiplicidad de