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SALA DE MEDIOS
pueblo líder
Ventanales • Universidad Casa Grande • Año IX No16
Por I.H.
El que se quedó sin
La solicitud del docente de la Universidad Casa Grande, Allen Panchana, a sus estudiantes de la materia “Redacción 3” fue realizar un reportaje sobre los fallecidos durante la protesta nacional ocurrida en Ecuador, en octubre de 2019; elegimos a Raúl Chilpe como nuestro personaje.
El nombre de Raúl Chilpe no es indiferente para ningún vecino. Y la razón no solo es el buen talante que maneja a sus 37 años. El también conocido como “Pipo”, ha sido desde los 23 el catequista de la comunidad; encargado de organizar bingos, rifas y partidos de indor en la deteriorada cancha de cemento, plantada afuera de una iglesia que permanece cerrada. Las obras que ha realizado tampoco son su única fuente de respeto y admiración. Sencillo y trabajador, no le importa viajar una hora y media de lunes a viernes y laborar como agricultor de hortalizas, naranjillas y moras en una hacienda cerca de Puerto Inca, para mantener a Aurora Chilpe, su madre, la mujer que lo crio y le dio su apellido. El padre los abandonó. Raúl reside en Luz María, una parroquia de Molleturo (Azuay). Aquí habitan 150 personas; la mayoría se dedica al cultivo de moras, primordial actividad económica para los fruticultores del pueblo. Llegar a Luz María no es fácil. Hay que bajar por una loma sinuosa, de camino polvoriento, que te dirige hacia una iglesia que mantiene sus
puertas cerradas la mayoría del tiempo, a menos que el cura llegue a dar misa. Sin embargo, cada sábado por la mañana, es Raúl quien las abre para dar catequesis a los niños de la comunidad. Atrás de la iglesia se levanta una casa de dos pisos a medio construir: de ladrillos, ventanas incompletas, pintada a medias de blanco y una carpa color azul en la entrada. Aurora, a sus 83, y con una pierna que le cuesta movilizar, no conoce esa parte incompleta de su vivienda, solo transita por la primera planta donde ha vivido con Raúl. Junto a su hogar, y como premonición constante, está el cementerio de Luz María, que hace poco recibió un fallecido. Esta vez, uno muy ilustre. Domingo, 6 de octubre de 2019 A las 12:30, las campanas de esa iglesia rompen la quietud de Luz María. Suenan durante dos minutos.