EXTERIORES
Una mujer
migrante
Ventanales • Universidad Casa Grande • Año IX No16
Foto: france24.com/es
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en tiempos de COVID-19
La migración es un fenómeno económico y social importante. Siempre estará expuesto como un tema de preocupación para los gobiernos de todos los países. La migración se divide según el tiempo, carácter y su destino. Entre sus principales causas encontramos las políticas, culturales, socioeconomicas, familiares, conflictos internacionales y catastrofes generalizadas (Wikipedia, 2020). Las estadísticas indican que las mujeres representan casi la mitad de los 244 millones de migrantes que existen en el mundo (Asamblea General de las Naciones Unidas, 2016). Más allá de los datos numéricos, detrás de la vida de cada mujer migrante existen mil y una historias que podrían ser contadas desde diferentes perspectivas. Ser parte de las estadísticas significa a veces no ser escuchada, por eso quiero compartir brevemente mi experiencia de vivir en el extranjero, que empezó en el 2015, siguiendo un sueño, con una beca de arte en Indonesia.
Durante un año de estudio, me enamoré de Asia, pero al terminar regresé a Ecuador. Siempre se vuelve al primer amor. Cuando estás fuera de tu país, quieres volver, pero cuando lo haces, un sentimiento de ser ciudadana del mundo se despierta. Desde el 2017 radico entre Estados Unidos y Rusia. Mientras aprendo un nuevo idioma, el ruso, me adapto a nuevos retos. Constantemente busco mi regreso a Ecuador. Estoy hipotéticamente a un avión de distancia de volver. Pero hoy, en tiempos de COVID-19, es algo imposible. Me siento dentro de una película dirigida por Tim Burton1. La peor pesadilla del migrante. En cuya terrorífica historia el pasaporte no sirve, porque las fronteras están cerradas indefinidamente, y, por primera vez, tu país te solicita la visa para regresar, porque un virus, el COVID-19, tiene el mundo a sus pies.