Ya desde antes Arroyo, et al. (2013)195 analizaban la desarticulación de la visión y el discurso de turismo sustentable con lo que venía sucediendo en la zona litoral de Tulum. Aún con la existencia del ANP y diferentes leyes ambientales, éstos se supeditaban a los objetivos del turismo, sin resolver las problemáticas ambientales como la pérdida de manglar, la contaminación del freático y su sobre explotación de éste por los resorts y los mega desarrollos que se permitieron construir en la zona litoral, así como las problemáticas sociales que han generado un marcado desbalance para favorecer y garantizar la proveeduría de servicios urbanos para los complejos residenciales que albergan a los turistas con alto poder adquisitivo, sin hacer lo mismo para las áreas donde viven las poblaciones locales, que carecen de estos servicios. Tulum es un destino no sostenible. Gustavo Marín Guardado hablando en este sentido, establece: "...pone en evidencia los asuntos turbios del desarrollo turístico y las relaciones entre políticos, empresarios y especuladores de bienes raíces…. Empero, no siempre los afectados directos son propietarios privados o comuneros agrarios, sino que en muchas ocasiones se trata de formas de apropiación de reservas naturales o playas, que suelen ser bienes públicos o regidos por leyes federales, en donde se intenta imponer proyectos aún y cuando las leyes ambientales prohíben su construcción, o cuando las sociedades locales están en contra de ciertas formas de desarrollo...." (Turismo, globalización y sociedades locales en la península de Yucatán, México 196 ). El escándalo público más reciente sobre este tema deriva del reportaje “Tulum: Tierra de ambiciones” de la periodista Lydia Cacho (2015) En este reportaje documenta "...Desapariciones forzadas, homicidio, persecuciones, amenazas, extorsión... así se consigue despojar de tierras a ejidatarios de la Riviera Maya. Las dinámicas de despojo responden a una guerra abierta entre empresarios corruptores y políticos corruptos, que han tomado a los tribunales agrarios como rehén, corrompiendo jueces en ocasiones. Tulum es un botón de muestra de lo que enfrenta el país: una batalla por desaparecer los ejidos en un contexto de pulverización institucional en el que la ambición empresarial se impone a la ley y a los planes de desarrollo sustentable..." (Tulum, tierra de ambiciones.197). Tulum NO necesitaba un ANP, necesitaba fortalecer las capacidades y gobernanza de los locales, del ejido, requería de brindar realmente oportunidades a la población local, fortalecer las instituciones locales, combatir la corrupción (Ver Tomo III ¿Qué tan redituable es la corrupción ambiental?).
Holbox El ANP no impidió, de hecho se usó a favor de, que intereses económicos ajenos a los ejidatarios los despojaran de su patrimonio (Isla Holbox: Crónica de un despojo198); Caballero, (2014)199, reportaba: “…La isla quintanarroense de Holbox es el centro de un conflicto entre ejidatarios y un consorcio que pretende establecer ahí un desarrollo turístico de altos vuelos. Península Maya Developments ha recurrido a jugadas sucias: con engaños se apoderó de la asamblea ejidal y despojó de derechos agrarios y de parcelas a los tenedores originales de la tierra; con violencia evitó que los comuneros se defendieran del saqueo y para rematar acusó a algunos de ellos de delitos
195
Arroyo, L., Fausto, O., Segrado, R., & Chuc, I. (2013). Unsustainable littoral tourism in Tulum, Mexico. Papers de Turisme, ( 54), 88-108.
196
http://www.pasosonline.org/Publicados/pasosoedita/PSEdita7.pdf
197
https://aristeguinoticias.com/undefined/mexico/tulum-tierra-de-ambiciones/
198
https://www.proceso.com.mx/381307/isla-holbox-cronica-de-un-despojo-2
Caballero, S (2014) Reportaje: “Isla Holbox. Crónica de un despojo”, en Proceso, Núm. 1974, 30 de agosto, disponible en http://www.proceso.com.mx/?p=381307 199
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