Proponer una veda y una zona de protección con estudios de este tipo no sirvió de mucho al Caracol Rosado, que fue colocado en NOM 059 y que se decretó en una ANP (Banco Chinchorro). Se hizo lo que los investigadores, las ONG ambientalistas y el gobierno dijo que se requería para preservar la especie; ¿el resultado? Los investigadores siguen investigando, las ONG ambientalistas siguen recibiendo dinero para hacer más reservas y sus propuestas restrictivas y excluyentes, el gobierno sigue recibiendo aplausos por las áreas protegidas y sus “esfuerzos” de conservación, pero los pobladores locales perdieron una fuente económica que los sostuvo por generaciones, perdieron una fuente de alimento para sus familias, que estaba en sus tradiciones, muchos perdieron su libertad por mandato de las direcciones de las reservas, y perdieron su patrimonio al tratar de recuperar su libertad, los pescadores ilegales alcanzaron mejor precio y más incentivo porque ahora tenían un producto “vedado” y ahora tienen reservas protegidas para obtenerlo (como dijo Cristopher González Baca, director regional de la Conanp, en 2019 –“la pesca ilegal de este espécimen marino se realiza, principalmente, en las Áreas Naturales Protegidas del estado”). Y el caracol rosado, después de más de dos décadas de estar en una ANP, de que en 2017 su comercio en importación y exportación quedó bajo mandato de SEMARNAT, que cuenta con decretos de veda y con normas oficiales de protección, de que las autoridades hayan despojado de todo a muchos pescadores, de que presionen a las cooperativas, mientras las ONGA reciben fondos para darles capacitación y el gobierno recibe fondos de vigilancia y para sancionar (encarcelar) a pescadores cooperativados, el comercio ilegal florece y el caracol rosado sigue reduciendo sus poblaciones. Utilizando una base de comparación tendenciosa para generar la urgencia de imposición de un instrumento de control, la propuesta de veda del caracol chivita cumplía con los tres puntos de la estrategia del ambientalismo neoliberal para imposición de sus instrumentos de control, como ya vimos sucedió con Ramsar, el ANP y el PROTUR: 1. Un recuento de recursos naturales o especies que es “urgente” salvar, con declaraciones muy generales sin justificar con datos dichos enunciados. 2. Un peligro inminente y 3. La mención de que el instrumento es LA MEJOR SOLUCIÓN. ¿Qué sucedió con esta propuesta? Se brindaron los argumentos mencionados en esta sección, y la propuesta se quedó congelada, aunque no se ha abandonado del todo, porque al parecer se está utilizando para reforzar la propuesta de declaración de sitio Ramsar, en 2021.
La no aplicabilidad de la propuesta de hábitat crítico Con esta propuesta de veda y de inclusión de la chivita como especie en riesgo, se pretendía dar base a otra propuesta de instrumento de control en la laguna de Bacalar, el establecimiento de un Hábitat Crítico. Esta propuesta surgió como parte de un proyecto impulsado por SELBA, AC, una ONGA, con fondos del Programa de Pequeñas Donaciones del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PPD del PNUD). El Hábitat crítico es un instrumento de conservación –léase control- que deriva de la definición establecida en 1973 en el Acta de Especies en Peligro promulgada en Estados Unidos de América299. Tal como sucedió con el caso de las Áreas Naturales Protegidas, el concepto de Hábitat crítico se tomó como importación adaptada de la legislación del vecino país. En México, el concepto de hábitat crítico se insertó en la Ley General de Vida Silvestre, específicamente en el título VI, que se refiere a la conservación de la vida silvestre, y ahí, en su capítulo II, el cual contiene lo relativo al hábitat crítico, en dos artículos (63 y 64), que establecen sobre ese instrumento. Repasando el marco
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https://www.fws.gov/endangered/esa-library/pdf/ESAall.pdf
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