Amargo subconsciente
Desde que empezó la cuarentena, muchas veces he soñado con las personas que más extraño y posibles escenarios de una vuelta a la vida exterior. Esta vez, la historia era que volvía a la universidad a encontrarme con mis amigos y amigas. También estaba “él”, pero extrañamente multiplicado por cuatro. Sospecho que era uno por cada personalidad que demostró tener. Las cuatro versiones nos buscaban e insistían a todos para saludarlo. Como si nada hubiese pasado. Era invasivo y actuaba normal, incluso más seguro de sí mismo que antes. Nadie atinaba a nada. No es primera vez que aparece. Ni soy la primera de mi grupo de amigos y amigas que sueña con “él”. Supongo que es parte de la vida y del subconsciente soñar con personas que alguna vez quisiste, independiente del daño. Y, especialmente en cuarentena, en que los sueños son el único escape de esta realidad tan asfixiante, y expresan, aunque no siempre, nuestros deseos y temores. Se sentía muy real. El tacto, las emociones. Los cálidos abrazos que nos dimos. También esos besos, más cargados que nunca de tanto extrañarnos. Pero mi sistema digestivo mental me traicionó y pude sentir cómo “él” hacía ese gesto de “amiga” que acostumbraba a hacer, el de saludarme Cuando el aislamiento nos une | 123