Crónicas del encierro, día tres: “Mientras”
Mientras el mundo se prepara para resistir una hecatombe microscópica que promete arrasar con la poca cordura que (me) queda, la esperanza de que todo sea una exageración se desvanece frente a su figura, pequeña y austera. Tiene corona y un reino que se extiende más allá de lo imaginable, justo donde la locura y la muerte empiezan a ser indistinguibles. Mientras abstenerse es ley, mi transgresión es no abstenerme de escribir insensateces, mi transgresión es arrinconar la desidia que brota incansablemente de mi lengua para que no se transforme en dichos inútiles, en palabras gastadas de tanto pronunciarlas. Mientras los números se multiplican y el pánico encabeza el ranking de los temas más escuchados, las calles se preparan para no ser pisadas, los muros para descansar de la tinta y los árboles para hacerle sombra a nada más que a su sombra. Mientras se amotinan mis silencios y pestañeo furiosa, me pronuncio con mis manos, perdón si hay manchones, no son lágrimas, es jabón y agua, perdón si no hay papel, no hay papel de ningún tipo...
134 | Historias confinadas