Pensamiento
Todo partió con una suspensión temporal de clases, posteriormente se decretó cuarentena total por siete días en la ciudad de Osorno; de eso ya son casi cuatro meses. Somos un matrimonio de profesores con dos hijos adolescentes, un perro y dos gatos. ¿Cómo vive una familia el encierro? Con sentimientos encontrados; felicidad por estar todos reunidos (aunque sea una locura), miedo a contagiarse, también con sueños rotos. Benjamín, mi hijo de 14 años, quien pertenece al equipo de basquetbol “Los Toros Osorno”, es un adolescente que soñaba con su gran debut en primera división, vive la frustración de no poder jugar. Pascal, una adolescente que deseaba una gran piyamada en el día de su cumpleaños, terminó con un solo invitado, su primo Alonso, y sin la posibilidad de practicar su deporte favorito: el patinaje. Mientras Facebook nos bombardea con noticias poco alentadoras, una mezcla de miedo y desesperanza aumenta cada día. No sabemos qué pasará, si alguien de la familia morirá y tendremos que enterrarlo en soledad. Cuando la muerte acecha todo deja de ser importante. Hay días en que me emociono viendo zapatos, luego pienso, “no los necesito, ya que hago clases online y me visto sólo para arriba jjajajja”.
138 | Historias confinadas