a todos los miembros de la organización escolar la siguiente meta: promover, liderar y desarrollar una organización capaz de encarnar un proyecto educativo en una determinada realidad sociocultural desde una visión global, de tal manera que las personas que conforman la organización encuentren en esa realidad educativa la posibilidad de realizarse profesionalmente como educadores y de contribuir al éxito de un proyecto colectivo dotado de sentido.
6.1. GESTIÓN, LIDERAZGO Y CULTURA DE CAMBIO Esta dimensión se plantea cuestiones como estas: ¿Quiénes ejercen el liderazgo en un centro escolar? ¿Qué competencias son necesarias para liderar? ¿Cómo se evalúa su función? ¿Qué modelo de gestión del cambio adopta el centro? ¿Cómo se evalúa el proceso de cambio? Una vez definida la meta más general de la organización escolar, es el momento de enumerar los instrumentos clave que harán posible un desarrollo de la misma que sea, a la vez, eficaz con vistas a los alumnos y leal al proyecto. Llevamos ya algunas décadas reflexionando, en todos los frentes sociales, sobre el modelo adecuado de gestión y dirección; se enumeran estilos de liderazgo que parecen definir un proceso conducente al cambio de paradigma educativo que esperamos: pasar de la dirección por instrucciones propia de los ambientes burocráticos a una dirección por objetivos (desarrollada a partir de los años setenta del siglo pasado como un intento de analizar y objetivar resultados), de la que la escuela adoptó parte de su vocabulario; y de esta, a la dirección por valores promulgada en las últimas décadas. Este último enfoque se acopla muy bien a los elementos nucleares de la organización educativa tal y como la hemos enunciado, pero requiere de algunas matizaciones, ya que, en el fondo, cualquier dirección responde a unos valores; la cuestión estriba en saber a cuáles y por qué. Simultáneamente se ha reiterado, a través de numerosos organismos relacionados con la educación, la enorme incidencia del modelo de liderazgo en el rendimiento escolar (concepto que también precisa de la definición de matices importantes). Este discurso ha puesto en marcha procesos de cambio acelerados que a menudo han carecido de la formación suficiente y han confundido tareas de gestión, organización, dirección y liderazgo. Todo parece lo mismo, pero no lo es.
ÁMBITO ORGANIZATIVO Y DE DIRECCIÓN DE LAS PERSONAS
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