loS certIFIcadoS WatSoN
en 1877, carlos Watson (en la imagen), director de la compañía del Ferrocarril de la oroya y Mineral de pasco, de propiedad de enrique Meiggs, recibió 97 certificados salitreros. estos documentos, con un valor de 10 mil soles cada uno, fueron entregados por el gobierno peruano para saldar una deuda que se tenía con Meiggs, fallecido ese mismo año. Watson vendió los certificados a diversas personas, quienes se convirtieron en acreedores del estado hasta 1905, fecha en que los títulos fueron recuperados por el perú.
loS certIFIcadoS WatSoN.- Watson vendió en plaza los certificados salitreros que recibió prestados. Terminada la guerra con Chile, el Tribunal Mayor de Cuentas cargó a Enrique Meiggs el valor en que se vendieron esos certificados. Dicha cantidad contribuyó a pagar la deuda que el Estado le tenía. La testamentaría Meiggs quedó así en la condición de extraña frente al asunto. Las personas que suministraron dinero a Watson al comprar los títulos salitreros que el Gobierno le había prestado, o sea los tenedores de los certificados Watson, adquirieron hipoteca legal sobre los ferrocarriles de Arequipa, Puno, Cuzco, Oroya, Chimbote y Pacasmayo para el pago de cuya deuda fueron aplicados. Al mismo tiempo se convirtieron en acreedores del Gobierno por el valor de esos papeles. El Estado peruano apareció en la condición de deudor del valor de ellos, con cuyo precio de venta saldó la cuenta con Meiggs. Después de la guerra, estos tenedores se presentaron ante la República de Chile, con la mira de entrar en el arreglo que se gestionaba para el pago de los certificados salitreros emitidos para la compra de oficinas en Tarapacá; pero ese Gobierno eliminó del arreglo mencionado los cer tificados Watson por ser representativos de ferrocarriles y obras públicas del Perú. Luego sostuvieron los mismos interesados una controversia judicial con la Peruvian Corporation alegando que la responsabilidad hipotecaria de los certificados afectaba a la mencionada empresa en virtud de la ley sobre el arreglo de la deuda externa peruana que le había dado origen. La ejecutoria de 5 de enero de 1901 negó esta pretensión. Desahuciados así en ambas gestiones, los tenedores llevaron su reclamo ante el Gobierno peruano primero par ticularmente y en 1902 y 1903, por intermedio de las legaciones de Italia y Alemania. En 1905 el ministro Augusto B. Leguía consideró que era preciso levantar el crédito del Estado y eliminar todo lo que pudiera nublarlo y celebró con Agustín F. Ferraro, apoderado de los tenedores de 58 certificados Watson, un proyecto de contrato para cancelarlos en papel de la deuda interna. Ferraro aceptó recibir una suma de Lp 323.253,140. El arreglo fue aprobado por resolución de 22 de marzo de 1905. Otros tenedores se acogieron al mismo acuerdo.
[ II ] la prIMera Época del telÉGraFo.- Al cesar la concesión por diez años, otorgada en 1875, para la construcción de líneas telegráficas, el 25 de junio de 1867 se declaró el telégrafo de propiedad nacional y fue sacada a remate público la administración del servicio. Existía entonces solo la línea de Lima al Callao. El 11 de setiembre del mismo año, considerándose más conveniente y económico que este ramo pasara a administración par ticular, se hizo entrega de él a don Carlos Paz Soldán, autorizado ya, por resoluciones anteriores de fecha 27 de julio y 21 de agosto de 1867, para la construcción y explotación del telégrafo eléctrico de Lima a Lambayeque; se le adjudicaron, previa tasación, las existencias de materiales obtenidos al cesar el privilegio del concesionario de la línea al Callao. Carlos Paz Soldán puede ser calificado como el verdadero introductor del telégrafo en el Perú. En 1867 fundó la Compañía Nacional Telegráfica con el propósito de establecer nuevas líneas. No obtuvo, por otra parte, un monopolio. Otras empresas lograron concesiones diversas. A una de ellas, representada por don Adrián S. Morse, se le autorizó el 7 de diciembre de 1867 a establecer y explotar la línea de Lima a Ica.
[ III ] VIaJeS eN la aMaZoNía. eNtuSIaSMo por laS eXploracIoNeS.- Ya se ha mencionado en un capítulo anterior el aporte que dejó Faustino Maldonado para el conocimiento del curso del río Madre de Dios. Por esta región, en el vasto territorio situado entre los ríos Beni y Madre de Dios, hizo recorridos tenaces el P. Mancini (1850 a 1864).
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PERÍODO 3
[ CAPÍTULO 21 ]