Prólogo Scarlett O’Phelan Godoy
El libro de Donato Amado —basado en su tesis de maestría en Historia en la Pontificia Universidad Católica del Perú— es sin duda un trabajo de envergadura. En primer lugar, cubre un periodo de tres siglos, lo cual permite ver los cambios estructurales en una institución relevante como la del Cabildo de los veinticuatro electores del Cuzco, compuesta por miembros de la nobleza inca. En segundo lugar, está basado, en forma sustancial, en fuentes primarias, obtenidas de archivos del Cuzco, Lima y del Archivo General de Indias de Sevilla. Se puede decir, en ese sentido, que la utilización de documentación manuscrita ha sido exhaustiva. En tercer lugar, debido a que es un tema poco explorado y sobre el cual Donato Amado es un pionero en su aproximación, se trata de una obra original e indiscutiblemente será una contribución importante al tema de la historia colonial, de la élite indígena y de la vida cotidiana de la ciudad del Cuzco. Si bien la institución foco de este libro estuvo constituida bajo una armazón colonial basada en las parroquias cuzqueñas, Donato Amado nos demuestra que el Cabildo de los veinticuatro electores tuvo la facultad de preservar tradiciones incas, como el vestuario prehispánico coronado con la mascapaycha, la cual era utilizada en ceremonias de importancia local, en las que el alcalde mayor de los naturales sacaba el estandarte real, como de hecho ocurría en la festividad del apóstol Santiago. Este ceremonial que recreaba escenas del Imperio inca era un instrumento para fortalecer la identidad de los descendientes incas. Era, además, para los electores un honor, un mecanismo de prestigio social y de respeto por parte de las autoridades hispanas. Se puede decir que los electores eran dentro de la élite indígena el segmento más privilegiado.