El estandarte real y la mascapaycha
Huayna Capac, de Hanan Cuzco, pasaron a manos de los descendientes de Hurin Cuzco que estuvieron reducidos en las parroquias de San Sebastián, San Jerónimo y Nuestra Señora de Belén. Así, al parecer, los principales de San Sebastián se apoderaron del oficio de alcalde mayor, pues en 1692 don Juan Sicos Ynga, próspero mercader en la ciudad del Cuzco, detentaba este oficio e hizo una demostración el 22 de agosto de 1692, en la procesión y fiesta de Nuestra Señora de Loreto, en la que fue visto por los testigos desfilando delante de la anda de dicha imagen, por toda la plaza de la ciudad del Cuzco, con la mascapaycha de la borla colorada, aderezada de muchas perlerías y joyas preciosas, puesta en su cabeza (Cahill, 2000, p. 161). La advocación de Nuestra Señora de Loreto era también una cofradía importantísima fundada en la Compañía de Jesús. Don Juan Sicos fue hijo de don Diego Sicos, principal y alcalde ordinario de la Parroquia de San Sebastián. Por tanto, el momento parecía propicio para iniciar la reivindicación de los descendientes incas cuyas memorias eran remotas o simplemente fueron marginados del derecho de mascapaycha, razón por la cual fueron rezagados de muchos privilegios como los oficios de alcalde mayor, alguacil mayor y, quizás, el derecho de alferazgo. Es posible, pues, que este despertar se deba a la espléndida participación de Juan Sicos como alcalde mayor de las ocho parroquias en la fiesta de la Virgen de Nuestra Señora de Loreto. En suma, todo este proceso de transferencia habría marcado una época en la que los descendientes de Huayna Capac habían perdido todos los privilegios, pues para ellos era un gran honor asumir los cargos de alférez real, alcalde mayor y alguacil mayor. No obstante, como hemos visto, los incas de Hurin Cuzco se apoderaron de estos cargos; de esta forma, aquellos que durante mucho tiempo fueron relegados en la posesión de cargos de privilegio empezaron a detentarlos. 3.3. El alguacil mayor de las ocho parroquias De acuerdo con las ordenanzas del virrey Toledo, el alguacil mayor de las ocho parroquias era el encargado de mantener el orden público y tenía la función de visitar las parroquias sea de noche o de día. Evidentemente este oficio estaba ligado al alcalde mayor. Por consiguiente, caminaban juntos para hacer guardar el orden. Sin embargo parece que la función principal del alguacil mayor era [...] que el dicho alguacil mayor tenga cuidado cada día, tarde y mañana, de visitar la cárcel y presos de ella, para ver el recuado que hay en lo que conviniere que se haga, y para mejor custodia de ellos y mandar al carcelero lo que en ello debiere hacer, como guarda mayor que ha de ser el dicho alguacil mayor de la dicha cárcel;
162