El estandarte real y la mascapaycha
Este importante mandato a el estado de los electores: a el de el mejor servicio del Rey Nuestro Señor y de la causa publica se hizo notorio en esta ciudad a usanza de guerra en cinco y ocho de junio de mil seiscientos noventa y quatro en los terminos que aparece a fojas ocho vuelta de los enunciados autos en cumplimiento de aquella superior resolución y de lo proveido en veinte y quatro de julio de quinientos noventa y ocho por Don Hernando de Cartagena /f. 1v/ Juez de Naturales que fue de dicha ciudad y considerendo lo util de sumas de vida observancia se sobre carta por otro provisión de este Superior Gobierno en cinco de octubre de mil seiscientos noventa y quatro a pedimento de los predecesores de los suplicantes según resulta a fojas diez. Auque de los mismo autos aparece que diferentes indios tributarios y de vil extracción en distintas ocaciones intentaron abrogarse el privilegios que privativamente pertenece a los electos en Alférez Real de los Yngas; también resulta de ellos que los electores ocurrieron con la mayor prontitud ha impedirles su uso para que no alegasen derecho, que no tenían ni podían tener por ser extranjeros en la legitima descendencia de los yngas gentiles a quien se concedio tan singular onor por lo mucho que sirvieron a la Corona de Castilla en la conquista y pacificación de estos dominios de que se pudieran citar infinitos exemplares a no ser público y notorios a todo el mundo. Así es constante que los electores han sido y son unos fiscales que promueven y celan la literal observancia de sus privilegios por lo que como ba indicado se intereza su origen: la causa publica: y el servicio de su majestad, por no permitir por este medio se defrauden sus reales tributos con cuia consideración y la de su acrisolada obediencia y fidelidad constante se les ha amparado en la posesión inmemorial de la mascapaycha y de mas privilegios que gozan asi por este Superior Gobierno como por la Real Audiencia de esta capital y se les ha librado las respectivas provisiones de que no exiben testimonio por ser notorias y lo que es mas por no poderle castigar respecto de la pobreza en que están constituido los electores como en caso necesario han constar. En la conquista y pacificación de estos reynos sirbieron los descendientes legítimos de los yngas gentiles autores de los electores de modo que a sus auxilios se debió el éxito que tuvieron las invictas /f. 2/ y católicas armas de la Corona de Castilla como lo publican todas las Historias Peruanas y resulta de muchas Reales Cedulas y otros documentos auténticos que vien constantes a vuesa excelencia. Si ellos fueron fidelísimos y obedientes a los españoles conquistadores y pacificadores, los electores en quienes existe su onor amor y lealtad al mejor servicio del Rey Nuestro Señor lo han sido con la mayor aplicación y celo como es público y notorio en las inquietudes que promovieron los iniquos veras y otros en marzo de mil setecientos 300