María José González
Procon Luis Alejandro Pérez de Llano
El debate prometía, no tanto por el tema (el papel de la cifra de eosinófilos en sangre a la hora de indicar un tratamiento con corticoides inhalados en la EPOC había sido abordado ad nauseam) como por los médicos designados para discutirlo. El doctor Morrón era una autoridad afianzada en el campo de la EPOC, con cientos de publicaciones en su haber e innumerables conferencias en reuniones nacionales e internacionales. La doctora Campillo era considerada una estrella emergente y, aunque su currículo todavía no había alcanzado el lustre de su rival, sus opiniones eran seguidas y respetadas por todos los neumólogos del país. Así las cosas, el evento había suscitado una gran expectación, y como yo no quería perderme un solo detalle, me adelanté al horario para conseguir un lugar de privilegio en la primera fila, una buena idea habida cuenta del lleno que registró el auditorio del palacio de congresos. Mientras el eminente doctor Marqués cumplía con su función de presentar a los ponentes, yo eché una mirada hacia atrás buscando a J.L., el oficioso corredor de apuestas de los congresos de neumología. Después de localizarlo y fijar su mirada, le hice un gesto que se apresuró a corresponder con otro, indicando que las apuestas estaban 3 a 1 a favor de Morrón. Tuve un presentimiento y decidí arriesgar cien pavos a Campillo ganadora, pensé que su entusiasmo y juventud podrían resultar decisivos a la hora de la decisión final, que según la normativa vigente sería prerrogativa de Marqués. Las ponencias transcurrieron como estaba previsto. El doctor Morrón se mostró frío, irónico, sólido y preciso en sus argumentos. La doctora Campillo, desde un atril situado en el extremo contrario del escenario, contrarrestó todos y cada uno de los razonamientos con la pasión que la caracterizaba. Los debates procon son una versión moderna del Julio César de Shakespeare, dos argumentaciones contrarias pueden resultar igualmente ciertas a los ojos del espectador. Fue en el turno de preguntas cuando algo empezó a
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