Sergio Sánchez Fraile
Manos Antonio Jorge Cuadrelli
Qué misterioso secreto se esconde en nuestras manos, en los trazos que atraviesan en ella, escribiendo en renglones de la piel nuestro destino, trabajo para brujas y adivinas que juegan con la frágil voluntad de nuestro azar. Todo ello estaba detrás en aquel viernes, aparentemente igual a tantos otros, pero nunca las cosas están en la agenda que planeamos, tan llenas de huecos y sorpresas que acechan el camino. También aquel día que quedaría señalado para Javier comenzaba en una mano que coge la llamada del Taller de Pepe: “¡Tu moto está arreglada, maldito —subrayaba—, te salvé el finde, ¿verdad?!. Me tuve que quedar fuera de horario y joderme un poquito”. Javier dice: Te devolveré el favor, ya verás, era un día muy importante, mi chavala me espera y tengo una gran sorpresa, la quería impresionar desde el primer momento, la moto es una parte importante, mi Rocinante, ya sabes, estaré ahí en un momento, gracias por echarme un cable, una mano amiga no tiene precio”. Llegando al taller sellaron esa amistad juntando sus manos. Y luego, la mano de Javier encendió la moto y apretó el manubrio para acelerar, la voz de Pepe se perdió allá lejos junto al saludo con la mano alzada. Por las calles de la ciudad que ya oscurecía se mezclaron las luces de la publicidad, los coches y los semáforos. Su mente se ausentó de todo lo que no fuese la cabellera de su novia esperándolo en algún lugar cuya ubicación le llegaría por mensaje. Esto formaba parte del cortejo diseñado por los dos, todos los viernes, con fragmentos de ocurrencia para hacer que el amor fuese rito y ceremonia previo al juego del encuentro amoroso que continuaría con sus manos y caricias en ese dibujo infinito y laberinto. Mientras esperaba la señal, Javier tuvo tiempo de mirar sus manos y pensar en esas otras manos a lo largo de la historia, de las manos lavadas por Pilatos quitándose del medio en la sentencia, a las de Cristo sujetadas en aquella cruz desnuda que la gente insiste en decorar con oros y apariencias. Cuantas manos son las mismas manos, símbolo y destino de los hombres y mujeres. 79