D iccionario
biográfico - estadístico de los matadores de toros españoles olvidados del siglo
XX
Bonar Baliño, Francisco “BONARILLO HIJO”
Hijo del matador de toros apodado “Bonarillo”, nació en Sevilla el 15 de agosto de 1895, aunque se crió en Lima, donde su padre había fijado definitivamente su residencia. Bajo la dirección de este aprendió los rudimentos del toreo y siendo apenas un niño de catorce años se presentó en la plaza limeña para lidiar y estoquear un becerro con el que estuvo afortunado y causo expectación entre la concurrencia por lo que volvió a torear con asiduidad ante aquella afición. En 1910 viajó a Méjico donde estuvo toreando las temporadas 10, 11 y 12 muy afortunadamente, tanto que en una ocasión lo pasearon por la ciudad, no a hombros, como hubiera sido lo lógico y era y es costumbre en el toreo, sino sentado en una silla de manos. En 1913 vino a España, debutando en Barcelona el día 22 de mayo en una corrida mixta en la que su padre mató dos toros del Duque de Veragua y él y Limeño, cuatro novillos del Conde de Santa Coloma. No estuvo especialmente destacado Bonarillo en su actuación pese a torear otras dos corridas más en la misma plaza, con el mismo resultado. Si lo estuvo y con creces en el mes de junio en Sevilla, plaza en la que toreó los días 15, 22 y 29 de junio causando un gran revuelo y expectación entre la afición sevillana ya que mató algunos toros recibiendo. Ante tanta expectación y avalado por la prensa especializada, era el momento de presentarse ante la cátedra madrileña, como hizo el día 6 de julio de 1913 con novillos de Anastasio Martín, alternando con Pedro Carranza “Algabeño II” y Zacarías Lecumberri, que fue el triunfador del festejo al cortar un apéndice auricular a cada uno de sus novillos. Bonarillo, que lucía un terno verde y oro dio una vuelta al ruedo en su primero y escuchó palmas en el segundo de su lote. No se confunda el lector ante este resultado artístico, porque la realidad es que sus actuaciones gustaron extraordinariamente y la opinión generalizada de la afición es que se encontraban ante un diestro de primera magnitud, aunque luego, por distintas circunstancias, la realidad se encargara de demostrar que no sería así, sobre todo por las últimas actuaciones de la temporada en la que la suerte no le acompañó. Tras su presentación en Madrid torearía otra corrida mas, el día 13, idéntico resultado, y terminó la temporada con 18 corridas de novillos con dispar resultado artístico, algo que como ya hemos mencionado, le perjudicó mucho con vistas a la próxima temporada, máxime cuando su valor era muy corto, pese a saber torear muy bien. Hay que hacer constar que este hombre hizo una especie
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