Francisco Rodríguez Aguado
oficiaron respectivamente de padrino y testigo de la ceremonia. El confirmante dio una vuelta al ruedo tras su primero, “Menudito”, número 27, y le cortó las orejas al que cerró plaza, segundo de su lote. El cronista Barico II elogió su actuación en la revista “El Ruedo”: “…El último toro de la tarde fue recibido por Antonio Cobo con unas verónicas ceñidas y valientes. Seis y media que le obligaron a saludar montera en mano. Sólo tomó el de María Luisa Martín dos varas y llegó a la muleta muy entero, con genio, con fuerza. Cobo no le perdió terreno y le muleteó con la derecha y con la izquierda tan cerca, que el animal no tuvo más remedio que cogerle. Una cogida impresionante, que dejó medio desnudo al sevillano. Volvió Cobo al toro con valentía y se volcó sobre el morrillo para agarrar un estoconazo algo caído, pero de efectos fulminantes. Total: dos orejas, vuelta al ruedo, salida por la puerta grande…a la enfermería”. Sin embargo, de nada le valió aquel éxito en la plaza más importante del mundo porque en dicho año solo toreó 3 corridas de toros y 6 en 1960, que se redujeron a 2 corridas en la de 1961. Desengañado, optó en 1962 por hacerse banderillero, campo donde encontró el triunfo que la muleta y la espada le negaron. En sus principios, toreó en las cuadrillas de sus paisanos Joaquín y Paco Camino, con quien estuvo hasta 1967. Después vendría una larga lista de toreros, todos figuras, como Manuel Benítez “El Cordobés”, Palomo Linares o Curro Romero, Paco Alcalde, y luego de nuevo con El Cordobés en su fugaz reaparición. En resumen y como ejemplo, con estos diestros se consagró como uno de los más importantes banderilleros de su época. Al final de sus días, ya retirado del oficio, regentó en Sevilla, donde vivía, un establecimiento de chacinas de su propiedad.
Colmenero Colmenero, Emilio “EL CHARRO”
Matador de toros salmantino nacido en La Fuente de San Esteban, el 27 de mayo de 1958, del que no tenemos datos sobre sus inicios en la profesión, salvo que debutó con picadores en Úbeda, Jaén, el 20 de agosto de 1989, alternando en la lidia de novillos de José María Sobrino con El Andujano y Manuel Díaz “Manolo” (después “El Cordobés”), y curiosamente no visitó el terno de luces para torear hasta que decidió tomar la alternativa, aunque bien pudiese ser que esta novillada no correspondiese a Emilio Colmenero, sino a Juan Rafael Martín González que por aquel tiempo también toreaba 169
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