D iccionario
biográfico - estadístico de los matadores de toros españoles olvidados del siglo
XX
Cruz de la Casa, Juana “JUANITA CRUZ”
Natural de Madrid, nació en la calle Jorge Juan el 17 de febrero de 1917, aunque desde que tuvo dos años de edad sus padres se mudaron de casa y se instalaron en la Avda. de la Plaza de Toros, número 24 (hoy Avenida de Felipe II), casi enfrente de la plaza de toros, no más de 60 metros de distancia. Como es de suponer, sus juegos de infancia y adolescencia se desarrollaron en ese barrio de Pardiñas con el escenario de la plaza de toros como elemento principal, ya que sus amigas eran las hijas del carpintero de la plaza, en la que tenía su domicilio. Así pues, la joven Juanita frecuentaba con muchísima frecuencia la plaza de toros y cuando había corridas se quedaba y las veía gratuitamente. De esta forma llegó a adquirir un gran conocimiento del comportamiento de los toros y de las distintas suertes del toreo. A finales de 1931 conoció por casualidad al que después sería su marido: Rafael García Antón, que iba entrenar con un antiguo compañero de capeas, Luis Díaz “Madrileñito” a la esquina de la calle de Alcalá haciendo esquina con la avenida de la Plaza de Toros. Generalmente iban por la mañana pero algunos días también entrenaban por la tarde y como era de esperar se formaban corrillos de jóvenes del barrio para ver torear de salón y luego hablar de toros. En ese corrillo siempre estaba Juanita, que hablaba con desenvoltura demostrando gran conocimiento con sus acertados comentarios y puntos de vista sobre el comportamiento de los toros y de los toreros que habían alternado. Un día, medio en broma, medio en serio, Rafael García Antón que se había fijado en la muchacha le propuso que toreara de salón si quería practicar. Ella contestó afirmativamente y desde entonces se sumó a Madrileñito y a él haciendo progresos tan rápidos como sorprendentes, y tanto entusiasmo ponía la joven que un día manifestó que le gustaría torear algunos becerros solo por haber sentido la satisfacción de torear. Rafael, que conocía al Director de la revista “Madrid Taurino” le propuso que le hicieran un reportaje fotográfico toreando de salón pero tomando la precaución de que tuviese puesto un antifaz para que no la conocieran familiares ni amigos. El reportaje se publicó en las dos páginas centrales de la revista y causó sensación. Juanita era bellísima y su figura aún resaltaba más toreando. El reportaje se tituló “LA SEÑORITA X QUIERE SER TORERA”. Pocos días después, Rafael obtuvo la autorización paterna y llevó a Juanita a la finca salmantina de Nemesio Villarroel donde toreó cuatro vacas muy astifinas sin que sufriera revolcón
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