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JAL-J
THE CITY NEWSPAPER
lujo, que constan de millones de colones por mes, mientras el grosor de costarricenses humildes sufren hambre en su cotidianidad. Y se da el fenómeno psicológico cuando esos anquilosados, desgastados e inútiles ex políticos, son entrevistados, muy de vez en cuando, por los periodistas de la televisión, y demuestran su enfado, su envidia e impotencia, porque han sido relegados al olvido y a los sitios de los cuales nunca debieron haber salido. Es así como Constantino Urcuyo, un fulano que siempre vivió, se alimentó y parasitó dentro del partido Unidad Socialcristiana, lanza críticas venenosas contra los actuales dirigentes, contra los rostros nuevos que están adecentando a la política nacional. Yo, quien suscribo esta columna de prensa, sufrí durante décadas enteras los desaciertos, actos corruptos y la destrucción de las cosas buenas que tenía Costa Rica. Hoy me complace ver en el parlamento a los nuevos diputados (las mujeres mucho más diestras e inteligentes que los hombres); lo mismo en los distintos ministerios. Se trata de profesionales serios, capaces, comprometidos con la patria, quienes están haciendo sus labores con transparencia y honestidad. Es el rostro amable de la política costarricense; mientras, en sus casas de habitación, los oligarcas de antaño, con toda seguridad, musitan maldiciones contra esta nueva generación que los ha obligado al retiro definitivo. Yo he renovado mis esperanzas y me siento muy tranquilo, seguro y he vuelto a creer en Costa Rica.
El Crepúsculo de los Borbones Españoles. El Caso Judicial del Rey Emérito, Juan Carlos I
MADRID, España-(Especial para The City Newspaper) Recuerdo aún el día cuando compré un libro biográfico del Rey Juan Carlos I de Borbón, lo hice empujado por todas las cosas buenas que se decían de él en la prensa iberoamericana: se trataba de un hombre de mediana edad, modelo familiar, parecía un excelente padre de tres hijos, dos mujeres y un varón (quien ahora es el nuevo monarca de esta nación europea); también contaba a su favor el hecho de haber resistido a la dictadura franquista y haberse criado al lado del dictador Francisco Franco, lo cual le daba un halo de valentía y carisma como a ningún otro; y, para “colmo de bienes” estaba realizando una excelente y encomiable gestión al frente del Estado español; incluso Julio Iglesias escribió de él en su primer libro autobiográgico: “Le admiro, porque sé el inmenso toro que es España, y con el que tiene que lidiar.” Y con esas imágenes fueron transcurriendo los días, los meses y los años… Pero luego vendría lo que muchos llaman “el lado oscuro” del personaje: don Juan Carlos de Borbón comenzó “a flaquear” ostensiblemente, sus primeros errores de tipo personal (de hecho, todos esos yerros han sido personales y nunca dentro de la función