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THE CITY NEWSPAPER
El Rey Emérito Juan Carlos I utiliza El Silencio y la Distancia como Escudo
MADRID, España-(Especial para The City Newspaper) El pobre hombre anciano es un auténtico “pararrayos” en su tierra natal; incluso su situación es tan incómoda y ha repercutido tanto, que ha superado al mismísimo coronavirus chino que ha estado matando a miles de españoles en las últimas semanas. Es decir, el gran público le da más importancia al cotilleo con base en la vida privada del monarca retirado, que a la asesina pandemia que nos han enviado los chinos comunistas a todos los habitantes del planeta. El escándalo de don Juan Carlos ha crecido tanto, que el Rey Emérito decidió tomar la sabia decisión de marcharse de España y así no angustiar ni incomodar más a su hijo, el actual monarca Felipe VI y tampoco desestabilizar a la Corona. Se le acusa, primero, por tener una relación con una mujer mucho más joven que él, dejando de lado y en la mayor soledad, a su esposa, la Reina Emérita doña Sofía; y decimos “primero” porque es el tema que hace “las delicias” entre los periodistas y el pueblo; aunque no es lo más importante del compendio de acusaciones que pesan sobre él. En segundo término se le señala por tener dinero en paraísos fiscales, escondido de la Hacienda española, por recibir regalías de parte de inversionistas paisanos suyos y árabes (comisiones por negocios realizados); y por el supuesto lavado de dinero, entre otras acusaciones que le han ennegrecido los días al longevo Rey. Ante tal situación, don Juan Carlos tenía dos caminos a elegir: encarar “al toro y agarrarlo por los cuernos,” esto es… presentar pelea y responder a todos los señalamientos uno por uno, y ello hubiese requerido un desgaste descomunal, más todavía en momentos cuando la edad la tiene encima don Juan Carlos y su salud no es nada buena; y el otro