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THE CITY NEWSPAPER
menos, les llevarán al poder jamás. En este ejemplo ha prevalecido “el olor a sangre y pólvora” causado por la guerrilla, antes que la salud del pueblo. En Cuba, el asesinato del joven negro, Hanzel Hernández, a manos de la policía, porque supuestamente lo encontraron robando en una parada de autobuses, ha demostrado que, a pesar de la peligrosa atmósfera pandémica, el aparato represivo del régimen sigue persiguiendo y matando a los ciudadanos inocentes que a ellos les parece. Es la tiranía criminal en su máxima expresión, en épocas singulares marcadas por el virus. Por último, en México y Costa Rica, la oposición a los presidentes Manuel López Obrador y Carlos Alvarado, respectivamente, siguen viéndoles errores políticos, sin tomar en consideración los ingentes esfuerzos que ambos están haciendo por proteger a los pueblos, del coronavirus chino. Todo lo anterior ejemplifica que la demagogia política, en sus diferentes matices, sigue manifestándose por encima del tema humanista, cuando la salud es lo prioritario para salvaguardar al bienestar general. Ni se diga de la altísima criminalidad de los dictadores de Nicaragua, quienes lanzaron a las gentes a las calles, convencidos de que el covid-19 nunca les iba a infectar y ahí tenemos los resultados: más de 80 mil muertos ante un sistema de salud inexistente, por culpa de la dictadura de dos analfabetas, Daniel Ortega y su horrorosa mujer, Rosario Murillo. Son épocas distintas, de las peores que haya enfrentado el mundo; momentos cuando la política de poco cuño deberá guardarse y pensar solamente en erradicar la enfermedad viral, para salvar a los seres humanos. No hay opción. Otra alternativa, mejor no buscarla siquiera.
Los Sueños Fallidos de los Migrantes
SAN PEDRO SULA, Honduras-(Especial para The City Newspaper) Quienes creyeron que la historia de los migrantes centroamericanos iba a tener su final con las políticas de Donald Trump, se equivocaron de plano, porque los caminantes siguen reagrupándose para emprender el peligrosísimo (y hasta suicida) recorrido en pos de un sueño que, con cada paso dado, se convierte en lo que verdaderamente es… una pesadilla sin atenuantes de ninguna clase. Y la situación empeora para esos viajeros inconcebibles, cuando se les recibe en los pasos fronterizos, ya no con las miradas afables de los policías guatemaltecos o mexicanos, sino con restricciones que desembocan en violencia. Lo cierto es que el sueño de quienes no tienen trabajo y, por el contrario, tienen mucha hambre y miedo, se va difuminando paulatinamente con lo candente del asfalto, los pies prácticamente desechos, los niños que