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THE CITY NEWSPAPER
Bukele Ofende al Narcisismo de Algunos Costarricenses
SAN SALVADOR Y SAN JOSÉ-(Especial para The City Newspaper) El hasta ahora admirable presidente salvadoreño, Nayib Bukele, quien ha sido un acierto para ese país (y así lo hemos destacado en esta columna desde que asumió su mandato), no ha ofendido a ningún costarricense. Y cuando digo costarricense, me refiero al ciudadano de a pie, el que toma autobús, taxi o trabaja día a día, porque si no lo hace no llevaría el sustento a su hogar. El que se ha sentido ofendido por sus palabras, ha sido un grupúsculo de seudopolíticos (que quisieron con todas sus fuerzas llegar a tener un mínimo de autenticidad como políticos, pero no les alcanzó ni la destreza, ni la inteligencia, ni las capacidades tan limitadas). Vale la pena enfatizar que ese grupo gris/oscuro, ya está fuera de los avatares de la política de Costa Rica, gracias infinitas a Dios. ¿Pero qué fue lo que argumentó el mandatario salvadoreño que indignó (supuestamente) a “personalidades influyentes”, como las describe generosamente un periódico de El Salvador? Esto fue lo que dijo: “Costa Rica da la percepción de haber aplanado la curva (del coronavirus), pero lo único que están haciendo es que han disminuido el número de pruebas diarias.” Ante “tal despropósito” de Bukele (entiéndase en sentido sarcástico), el Ministro de Exteriores de Costa Rica dijo que iba a llamar a su despacho a la embajadora salvadoreña, Ana Patricia Pineda, para que le aclarara “los exabruptos” (también léase con sarcasmo). Con ello, es evidente que a muchos costarricenses les gusta “ahogarse en un vaso con agua,” porque las palabras pronunciadas por el carismático presidente de El Salvador, no son para iniciar la Tercera Guerra Mundial con cerbatanas envenenadas, ni mucho menos. Ciertamente las autoridades de Costa Rica están trabajando responsable y denodadamente porque la población no se contagie con el peligroso Covid-19 y ha logrado concientizar a la ciudadanía de manera positiva. Aunque es muy común ver a gentes que se